Mujer: Por gracia de Dios y para Su gloria

Continuamente pienso en las niñas de esta generación, las mujeres del futuro. Soy mamá de una y habiendo tantas otras a quienes amo, es obvio que me interese en sus vidas. Estoy segura que no soy la única. Anhelo que sea nuestra oración el vivir nuestra feminidad en plenitud, abundancia y libertad en Cristo.

Imagino cómo serán sus pensamientos, su entorno y sus decisiones luego de la avalancha de ideas humanistas, post-modernas (aparentemente inofensivas) y otras abiertamente perversas que las persiguen con fuerza. Ideas erróneas por las cuales muchas somos grandemente influenciadas (he compartido antes una parte de mi historia) y que nos alejan del plan del Creador.

Muchas niñas crecerán con mucha confusión sobre su valor e identidad. Algunas vivirán inconformes con su cuerpo, su peso, anhelando operarlo para encajar con el estándar de los medios. Otras serán invitadas a experimentar todo tipo de prácticas inmorales que luego de un breve placer físico sólo les dejarán dolorosas consecuencias: soledad, enfermedades, abandono, enfrentar embarazos solas y peor aún, a muchas también el dolor y las consecuencias de haber recurrido al aborto. Demasiadas problemáticas para intentar mencionarlas todas.

Actualmente hay niñas y jóvenes siendo adoctrinadas con la mentira de que pueden elegir qué sexo o combinación de sexos serán cada día, pues incluso películas “para niños” les repiten que “la biología no importa, cada quien puede ser lo que quiere ser”.

Esta cultura parece tener como objetivo confundir las mentes de las nuevas generaciones sobre su identidad.

Desde el principio la mujer ha tenido la tentación de “ser como Dios”, saberlo y controlarlo todo. Reconocer que no nos hicimos nosotras mismas y que hay un diseño y un llamado más alto para nuestras vidas, requiere humildad. Necesitamos amor, gracia, verdad e interés en las vidas de otras para instruirles.

Siempre habrá un remanente dispuesto a vivir conforme al diseño divino, enfrentando la vida con valor y fe, sabiendo en Quién confiamos y que Él tiene control de todo.

¿Qué pues haremos? ¿Cómo enseñar a la siguiente generación el plan divino para la mujer? Te invito a considerar lo siguiente:

Estudiar sobre nuestro diseño en la Palabra. Puedes iniciar estudiando cada escritura contenida en el Manifiesto de la Mujer Verdadera, no se puede vivir lo que no se conoce, será pues necesario que ahondemos en estos temas para no ser movidas por todo viento de doctrina y confusión actual.

Aceptar nuestra misión de compartir y enseñar a las menores, temas de feminidad bíblica. Te invito a leer la Biblia, Tito 2 y el artículo sobre enseñanza intencional para ser animada en este tema. Todo lo bueno y útil de nuestra vida es el resultado de la gracia inmerecida de Dios derramada sobre nosotras.

Reconocer nuestra dependencia de Cristo. Por más buenos deseos y voluntad que tengamos, ningún plan ni acción serán suficientes sin Su intervención divina. Recordemos que: Jamás podremos vivir en humildad, gratitud, fe y gozo por nuestras propias fuerzas, esto sucederá solamente mediante Su fiel provisión. Al estar conscientes de esta dependencia sabremos que Le necesitamos en nuestro diario vivir, a cada instante.

Modelar el diseño divino. Para equipar, formar e instruir a las nuevas generaciones es necesario modelar cómo luce una mujer bíblica (ellas están expuestas a todo lo contrario en diferentes medios). No significa que seamos perfectas, sino que estaremos dispuestas cada día a aceptar con gozo la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Rendirnos a Su voluntad. Rendirnos y ser moldeadas a Su imagen y conforme al plan divino, primeramente. La cultura, nuestros deseos pecaminosos y el engañoso corazón son algunas cosas que nos distraen de la meta suprema: Cristo. La única manera de vivir nuestro diseño como mujeres es estando conscientes de que el plan divino es mejor que nuestros planes.

Orando y clamando. Debemos clamar cada día por Su dirección en los asuntos sencillos de la vida cotidiana, estar dispuestas a rendirnos a Su voluntad antes de proclamar un mensaje que no respalden nuestros hechos. Todo es posible a través de Su poder.

Él es el único que puede capacitarnos para ser las mujeres que planeó que fuéramos.

Día 20. Toma el Viaje de los 30 días a través del Manifiesto de una Mujer Verdadera para estudiar más sobre el diseño y la importancia del género femenino.

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Sobre el autor

Lucy Reyna Orozco Meraz

 

Reyna es esposa de Raúl Orozco, radica en Chihuahua, Chih., México. Juntos pastorean y educan a
 
su hijo (JR) e hija (RG) en casa, siendo su deseo formarlos e instruirlos para la gloria de Dios.
 
Ambos son Ing. Industriales y … leer más …

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