Mi cuadro favorito

Este mes damos inicio a una nueva colaboradora de nuestro blog Mujer Verdadera, Yeiner Matos, quien nos estará compartiendo desde la hermosa isla de Cuba. - Yamell de Jaramillo.

Hay días en los que tengo que llevar a mi niña a la escuela, y desde que salgo de casa y enfrento el día a día, veo el mover de todos para allá y para acá, envueltos en sus afanes, demandas, preocupaciones, responsabilidades, cargas, en fin…la vida debajo del sol. En medio de todo, veo las misericordias de Dios renovadas y abundantes como el rocío de cada mañana sobre la hierba, las calles y cada objeto que se baña con dicha agua en forma de gota y frescura. 

Un día emite palabra a otro día y una noche a otra noche declara sabiduría (Salmos 19:2). Pensar en ello hace que mi mente se eleve a Su bondad y gracia con la misma fuerza que imprimen mis pies para dar pedales en mi bicicleta y así poder avanzar sin demora y llegar a mi destino.

Una parte hermosa de este camino ya gastado y en parte deteriorado por el peso de los camiones, la escasez y el abandono, hay una vista hermosa: la playa, la bahía y la costa. No puedo resistirme el pasar sin mirar y quedarme unos minutos de quietud, y sin más, me doy una escapada y me siento a la orilla en el maleconcito, cerca del viejo muelle a mi derecha, y a la izquierda la orilla de la playa con algunos desechos y el lugar donde se estacionan los barcos. En el frente, la bahía y la zona de desarrollo del otro lado. Mis pies cuelgan en el muro y debajo las aguas transparentes donde veo algunos pececitos en sus afanes igual, entre las rocas y la lucha por la supervivencia. El sonido de las aguas y el olor del mar me hacen inhalar al ritmo de un suspiro un anhelo por recibir del Señor, de Su buen tesoro, un mensaje claro a mi tan necesitado corazón. Entonces quedo atenta, a cada mensaje con o sin palabras que Él me quiera dar. Mientras miro a mi alrededor y cada cosa que alcance mi vista, un cuadro se presenta delante de mí. Un cuadro hermoso, como la composición de un artista con un mensaje de fondo, y entre líneas veo el contraste entre la tierra y el cielo.

Veo la tierra con las labores fatigosas de los hombres, veo el cielo con la soberanía de Dios que tiene todo en control, nada escapa de Sus límites, todo lo envuelve con Su gloria. Veo a los hombres agitados, angustiados, afanados; veo el cielo en calma y a Dios en poderío. Veo a los hombres cambiantes; veo a Dios inmutable y al cielo estable. Veo a los hombres pequeños, y mientras más se alejan, más se pierden de vista. Veo a Dios tan grande y al cielo que mientras más lejos, más logro ver cuán inmenso es. 

El cielo envuelve la tierra como una cúpula, nada escapa de su mirada, de su protección. No pueden separarse, mucho menos la tierra vivir sin el cielo. El cielo manda, la tierra obedece; el cielo da, la tierra recibe. «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Salmos 19:1). Vivimos por Su mano. Él nos da todo. ¡Grande es Su fidelidad! Nuestra vida es Él, nuestra gloria es Él, nuestro destino es Él. El cielo es Tu trono, oh Dios, y la tierra es el estrado de Tus pies (Isaías 66:1). ¿Qué sería de la tierra sin el cielo? ¿Qué sería del hombre sin Dios? Todas las cosas están sujetas a Cristo. Tú eres Aquel que todo lo llena.

Que no viva yo ensimismada con la tierra, que me olvide de mirar el cielo. Que no viva yo buscando las cosas de la tierra sin buscar las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la derecha de Dios (Col. 3:1).

Te invito a dar una vuelta por esta galería. Si te gustó este cuadro, sigue a la próxima sala, allí verás el último, el gran cuadro, el más maravilloso.

Jesús, que dejó el cielo, vino a la tierra, murió y resucitó y ascendió de nuevo y nos prepara un lugar, vendrá y nos tomará de la tierra y nos llevará al cielo. 

«Ya no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará allí, y Sus siervos le servirán.Ellos verán Su rostro y Su nombre estará en sus frentes.Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos». -Apocalipsis 22:3-5

¡Habrá un cielo nuevo y una tierra nueva porque las primeras cosas pasaron! ¡Ese es mi cuadro favorito!

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Sobre el autor

Yeiner Matos

Yeiner vive en un pueblo costero del municipio de Mariel en la provincia Artemisa en Cuba. Está dedicada a su hogar y la crianza de sus dos hijas al lado de su esposo, quien está a cargo del ministerio pastoral … leer más …


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