En el pasado, cuando no vivía en La Palabra de DIOS y debido a que estaba lejos de mi familia en un país lejano, creía que merecía un trato especial y que mi esposo tenía tratarme de acuerdo a ello. Y ya que la mayor parte del tiempo no sucedía así, con frecuencia caía en autocompasión. Al pasar el tiempo en mi interior esperaba que mis hijos tuvieran consideración conmigo, ya que trabajaba fuera de casa, era la directora ad honorem en el kindergarten del pequeño y estaba siempre buscando una nueva actividad y estaba muy sobrecargada. Cuando realizaba las tareas del hogar, y mi esposo no me ayudaba, allí estaba la mentira de nuevo de autocompasión y la amargura. Esperaba consideración de mis suegros y de quienes estaban a mi alrededor. ¿Te sientes identificada? El día de hoy Yadira nos cuenta los efectos que acarrearon el creer en esa mentira y la verdad que trajo libertad y gozo a su vida. Te invitamos a ver este testimonio en nuestra serie el Poder de la Verdad.
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