Más parecidas a Cristo en esta Navidad

«Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús…que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo». -Filipenses 2:5, 7

Ahora que se acerca la Navidad, muchas veces nuestras mentes y corazones van detrás de todas las celebraciones, regalos y el espíritu de la época: ¡disfrutar! 

En sí mismo, esto no es malo. Sin embargo, si meditamos en el pasaje de Filipenses 2 que nos habla de la humillación de Cristo, podemos encontrar el verdadero significado de la Navidad: servir a otros. Celebramos que Cristo vino al mundo despojándose a Sí mismo y tomando forma de siervo.

Esta es una buena época para servir y dar a los más necesitados, para pensar en cómo llevar felicidad a otros con algún obsequio, y si no conocen a Cristo, predicarles el evangelio. 

Además, es una buena oportunidad para ofrendar al pueblo de Dios de todo lo que por gracia nos ha concedido el Señor. 

Aún más, esta es una temporada ideal para enseñar a nuestros hijos a desprenderse de lo que tienen para dar a otros. Enseñarles a expresar acciones de gracias al recibir regalos y ayudarlos a ver el amor de Dios con ellos aunque no puedan tener todo lo que desean.

Es una puerta abierta para ir contra la corriente del mundo que nos habla de cuánto «merecemos», que nos dice que somos lo mejor o que basta con querer algo para tenerlo. Pero la Palabra de Dios nos enseña que si algo bueno tenemos es porque nos ha sido dado por Dios y que humillándonos y sirviendo a otros es donde está la verdadera grandeza.

¡Roguemos al Señor que en medio de las festividades se revele a nosotras, llevando a nuestros corazones la mente de Cristo, y procuremos dar la gloria a Su santo y bendito nombre! 

¿Puedes pensar en alguna manera de servir a aquellos a tu alrededor? ¿Qué tal si utilizamos este tiempo para practicar el servicio y procuramos buscar oportunidades para darnos a los demás en lugar de esperar que nos sirvan o que nos den?