Y poco después, Él comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con Él iban los doce, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos. - Lucas 8:1-3
Al parecer, María era la encargada del grupo. De las catorce veces que es mencionada en los evangelios, en ocho de ellas, su nombre es el que aparece primero.
Era de la región de Magdala, y de ahí su nombre. Allí se encontraban fábricas de colorantes y textiles, por lo cual esta era una región próspera. Algunos creen que ella estaba relacionada a este tipo de negocios, ya que podía contribuir con una considerable suma de dinero para el sustento del Señor, Sus discípulos y los demás que se añadían.
Es interesante notar que ella y otras más «servían» al Señor. Esta palabra, en el idioma original es «diakoneo», que significa ministrar, servir, socorrer, distribuir y ayudar. ¿No es maravilloso ver que esta palabra encierra similares significados con la palabra del Antiguo Testamento «ezer», utilizada para «ayuda idónea»?
Pero hay algo más sorprendente: estudios afirman que la expresión «le servían», cuando aparece con respecto al Señor, indica un rol muy particular: ¡El de los ángeles cuando le ministraban a Él!1
A esta mujer (quien llevaba una vida miserable, llena de aflicción, de soledad, rechazo, vergüenza, depresión, temor y ansiedad) Jesús la libera, no de uno, sino de siete demonios, y le concede el alto privilegio de que le sirva, ministre, y ayude… El Creador dejándose servir por criaturas, y dentro de ellas, ¡mujeres! A pesar del poco valor que en aquélla época se les concedía a las mismas.
María Magdalena recibió abundante liberación, y con la abundancia de sus bienes no escatimó ni dinero, ni tiempo, ni confort para servir a Su Salvador en cuanta cosa necesitase. Ella una de las última en ver a Jesús en la Cruz, y es la primera que ve al Cristo resucitado. ( Mateo 27: 61) ( Juan 20: 15-16)
Llorando junto al sepulcro, se le aparecen dos ángeles, a los cuales le pregunta dónde habían puesto el cuerpo de su Señor. Al volverse ve a Jesús sin saber quién era Él. Este le pregunta por qué lloraba, ella le responde creyendo que era el hortelano, y de nuevo pregunta: –¿Dónde está el cuerpo? Su Amado Salvador y Liberador la llama: –¡María! Al darse cuenta de que era su Maestro, le llama: –Raboni: mi gran Maestro! (Juan 20:15-16) Con esta expresión ella le demuestra el exuberante y gran amor que le profesaba.
¿Cómo te reta la vida de María Magdalena?
- ¿Escatimas dinero, tiempo, posesiones o cualquier otra cosa al servir a tu Señor?
- ¿Qué tan dispuesta estás para salir de tu zona de confort o seguridad con tal de que el Reino de Dios avance?
- ¿Te preocupas por los siervos y ministros del Evangelio y ofrendas para su sustento?
Vuelve el miércoles 20 para que estudiemos la historia de Susana y descubramos cómo su testimonio nos inspira a servir a Cristo sin reservas.
1 El diccionario Strong palabra #1247 diakonia se usa en Mt.4:11 angeles le servían. Y Lc.8:3 mujeres que servían al Señor. También Elizabeth George lo menciona en su libro A Woman God's Onw Heart a Daily Devotional.
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