Mami, ¿Santa Claus existe?

Aquellas que somos madres, en algún momento de nuestra vida escucharemos esta pregunta de parte de personitas llenas de ilusión y fantasía: ¿Santa Claus existe?

No sé si soy la única pero he tenido que formular mi respuesta con cierto nivel de nostalgia solo de imaginarme que les robaré tan hermosa ilusión a mis hijos. Y mientras trato de formularla me pregunto cuál es mi prioridad al criar a mis hijos a la luz del Evangelio.

No estoy levantando una campaña contra el abuelito gordito lleno de regalos que tanto queremos pero nuestros hijos necesitan conocer el Evangelio, arrepentirse de sus pecados, reconocer su condición delante de Dios. Como está escrito “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.” (Romanos 3:10-11)

Ayudarlos a ver a Cristo como su Señor y Salvador es la tarea principal de la crianza cristiana. Conducir a nuestros hijos a la cruz es el mayor legado que podemos darles.

Sin darnos cuenta le atribuimos características divinas a Santa Claus, así cuando decimos a nuestros hijos que él siempre ve como se portan, es como conferirle una especie de omnisciencia que le permita llevar un registro del comportamiento de todos los niños del mundo. Sin hablar de que tiene la capacidad de leer todas las cartas  que le envían. Y qué decir de sus recursos ilimitados para fabricar los juguetes. Al final, en la mente de los niños Santa es más que un abuelo lleno de bondad.

Me pregunto... ¿Es eso verdad? ¡Por supuesto que no!

Entonces por qué querría yo alimentar esa fantasía en la mente de un niño para luego confesarle que sólo era un juego familiar. Es posible que después que el niño madure llegue al convencimiento de que Cristo es Dios, ¿pero por qué confundirlo en los años más tiernos de su vida?

¿Que tal si simplemente redimimos el personaje que Santa representa? De todas maneras ya él que está en la televisión, los muñequitos y en las vallas publicitarias. Simplemente pongámos a Santa en su lugar, compartámos con nuestros hijos que fue un hombre muy bondadoso y que la gente lo recuerda de esa manera. Diviirtámonos con la idea de Santa, tomémonos una foto en el centro comercial ubicándolo en el lugar correcto en nuestras mentes y corazones.

Creo que lejos de ser un problema, esto es una maravillosa oportunidad para ayudar a nuestros hijos a razonar y exaltar a Jesús por encima de la cultura.

Estoy de acuerdo con una frase de John Piper: “Santa Claus es la ley, Jesús es el evangelio.”

La ley nos ofrece beneficios justos, al igual que "Santa Claus" sólo retribuye a aquellos que se lo merecen pero el amor de Jesús va más allá, dándonos un regalo que nunca perecerá aún sin habérnoslo ganado o merecido jamás.

Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Rom.5:8

¡Que gran Dios tenemos! ¡Hagámoslo el centro de la navidad y de nuestras vidas!

Usado con autorización. MC MAG 

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Sobre el autor

Betsy Gómez

Betsy Gómez tiene una gran pasión por inspirar a otras mujeres a atesorar a Cristo en lo ordinario de la vida. Nació en la República Dominicana, y ahora vive en Irving, Texas, donde su esposo, Moisés, sirve como pastor hispano … leer más …


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