Luchando contra la ingratitud de la soltería

Y ahí estaba otra vez, sentada junto a mis amigas intentando disfrutar otra despedida de soltera en este año sin que mi corazón encendiera la máquina de lágrimas que se activa cada vez que alguien más se va a casar. Sé que muchas lloramos en las bodas pero no estoy segura de que todas tengan motivaciones tan egoístas para su llanto como las mías. En lo profundo de mi ser hay una vocecita que grita, “otro años más en el que el Señor no escuchó mi oración, otra boda más que no es la mía”.

Si tuviera que darte la clave para vivir por siempre llena de ingratitud sería, “No quites nunca los ojos de ti misma”.  Suena sin sentido ya que cantamos llenas de emoción los domingos, “Fija tus ojos en Cristo”, o “Yo me rindo a Él”, sin embargo el himno de mi día a día se titula Todo se trata de mí.  ¿Te ha pasado alguna vez? Que miras como con lupa todas esas cositas que Dios no ha hecho por ti. Y utilizo el término “cositas” porque en realidad son nada comparado con lo que Él SÍ ha hecho.

Los medios, los hermanos en la iglesia, incluso nuestra familia nos bombardean con la idea de que nos falta algo si no estamos casadas y ayudan a que el matrimonio se convierta en ocasiones en un ídolo, y el no tenerlo no roba el gozo y la habilidad de deleitarnos en la gran cantidad de bendiciones que el Señor ha provisto para nosotras.

Cuando cultivamos una actitud de gratitud el gozo vuelve a nuestros corazones y la razón principal por la que esto sucede es porque hacemos que el Señor sea la fuente misma de nuestro gozo. Como decía el salmista…

No hay nada de malo en anhelar un esposo y una familia, pero cuando el no tener esas cosas nos roba la alegría, o nos hace llenarnos de egoísmo, cuando nos lleva a dudar de la bondad de nuestro Dios entonces vamos por muy mal camino, uno que nos hundirá en la pecaminosa autocompasión y que nos llevará a perder parte del hermoso tiempo que el Señor nos ha dado para servirle solo a Él porque como dice la Palabra, la casada se ocupa en las cosas de su marido pero la soltera en las de Dios.

Nada en este mundo puede compararse con la oportunidad de dedicarnos solo a Él, sin distracciones. Cuando me enfoco en mi dolor pierdo de vista que mi soltería no se trata de mí.  Porque de Él por Él y para Él (incluyendo mi soltería) son todas las cosas. Existo, y tú también para llevarle gloria a Él. Y ese anhelo de tu corazón de un matrimonio será plenamente satisfecho en el Día de las Bodas del Cordero, porque tu corazón redimido y la creación gimen por ese día… Cualquier matrimonio humano es un vago reflejo del asombroso día en que Cristo vendrá en busca de Su Iglesia.

Si tu estado civil llena tu corazón de dolor, es posible que estés creyendo algunas mentiras. Estas son algunas de las que mi corazón engañoso cree a veces.

Nadie me amará nunca

“Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.”  Jeremías 31:3

Los planes de Dios para mí no son tan buenos como para mis amigas

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,

ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor.

Porque como los cielos son más altos que la tierra,

así mis caminos son más altos que vuestros caminos,

y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55: 8-9

No soy lo suficientemente linda como para que un hombre se fije en mí

Porque tú formaste mis entrañas;

Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;

Estoy maravillado,

Y mi alma lo sabe muy bien.

Salmo 139:13-14

No puedo luchar más con las tentaciones que la soltería trae consigo

Él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. 2 Corintios 12:9 NTV

¡Estoy tan sola!

Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos. Mateo 28:20

Nadie cuidará de mí

El Señor te protegerá de todo mal;

El guardará tu alma.

El Señor guardará tu salida y tu entrada

desde ahora y para siempre.

Salmo 121: 7-8

Cuando la ingratitud quiera hacer nido en tu corazón en esta o en cualquier otra etapa de tu vida recuerda quién es la fuente de tu gozo, y en Él no hay mudanza ni sombra de variación. Te animo a hacer tu propia lista de las mentiras que has ido creyendo y a limpiarlas de tu corazón con la eterna Palabra de Dios.

Hoy inicia en el programa de radio una nueva serie titulada, “Una actitud de gratitud” y durante toda la próxima semana parte del equipo de Aviva Nuestros Corazones estará publicando en este blog sobre cómo mantenernos agradecidas en situaciones en las que usualmente no lo somos.

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