Probablemente has escuchado la historia narrada por Jesús acerca del siervo que debía una alta suma de dinero a un rey. El rey perdonó al siervo, pero éste rehusó perdonar a otra persona que le debía una pequeña suma de dinero.
El rey se enojó mucho al enterarse de esa situación. Jesús dijo que el rey “lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía”. En una de las traducciones se lee “envió al hombre a la prisión para que lo torturaran.”
Cuando rehusamos perdonar, Dios nos entrega a los verdugos. Pienso que eso incluye desórdenes crónicos emocionales y físicos que muchas mujeres experimentan. En algunos casos esos problemas se deben a falta de perdón. Como puedes ver, Dios nunca tuvo la intención de que nuestros cuerpos soportaran el peso de la amargura y falta de perdón.
¿Existe alguna deuda que estás tratando de cobrar? ¿Quieres ser libre de los verdugos? Entonces elige cancelar la deuda y perdonar.
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