«Cuando era pequeña, acostumbraba a deambular por todo el vecindario. Pero ahora, con mis hijos, me aseguro de que se queden en el patio. ¡Es que hoy en día hay muchos locos sueltos por ahí!».
¿Te sientes identificada con este pensamiento? Quiero animarte a que tomes decisiones sabias y protejas a tus hijos, pero quiero recordarte también que no tienes que vivir en temor constante.
El Salmo 34:7 dice: «El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los rescata».
Esta palabra «acampa» trae a mi memoria la historia de Eliseo. El ejército sirio había sido desplegado para capturarlo, pero él no tenía miedo. Y es que Dios permitió que Eliseo viera la realidad espiritual: las montañas que le rodeaban estaban cubiertas con un ejército angelical.
Los peligros que los niños enfrentan hoy son reales, así como lo era aquel ejército enemigo. Sin embargo, podemos vivir en paz sabiendo que una multitud de ángeles los rodean. La única forma en la que la maldad llegue hasta ellos es si Dios lo permite. Y la mejor forma en la que podemos protegerlos es orando por ellos.
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