Cuando comencé a escribir en un blog por primera vez, incluí las palabras «feminidad bíblica» en mi lema: «Abrazando a Jesús, Su iglesia y la feminidad bíblica». ¡Suena genial! Pero, durante al menos dos años, evité el tema como si fuera una peste. Me encantaba la noción de lo que era la feminidad bíblica, pero estaba aterrorizada por la controversia que podía causar. Cada vez que me sentaba a escribir, veía los rostros de mujeres vulnerables de mil estilos de vida distintos, y las palabras se negaban a surgir. Entonces, un día me senté y solo miré tres caritas, los rostros de mis mujercitas, las que acuesto en la cama cada noche. Y de pronto, las palabras empezaron a aparecer.
Mis queridas hijas:
Ser una mujer piadosa comienza con entregar todo tu corazón a Jesús. Esto significa que Jesús define quién eres; no tus amigos o el mundo, incluso ni tú misma. La Biblia dice que aquellos que entregan su corazón a Jesús son bendecidos, escogidos, santos, adoptados, redimidos, favorecidos y perdonados (Efesios 1:3-11). Mis preciosas hijas, no importa cómo se sientan o lo que les pase, esa es su identidad.
Rendir su corazón a Jesús también significa obedecerle. A menudo (al igual que su madre) se sentirán tentadas a ser la jefa de sus vidas, siguiendo su propia sabiduría. Pero la Biblia dice que «la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres» (1 Corintios 1:25). Si construyen su vida alrededor de Jesús, sometiéndose a la perfecta sabiduría de Dios, Él las convertirá en las mujeres que Él quiere que sean; esa es la verdadera definición de la feminidad bíblica.
A medida que crezcan, aprenderán que el mundo trata de definir la feminidad mediante acciones y apariencias externas. Mucha gente cree que la belleza es el objetivo final de la feminidad, nuestra cultura las tentará a creer que cuanto más guapas y sexys sean, más valiosas y amadas serán.¡Qué gran mentira! 1 Pedro 3:3-4 dice que nuestro enfoque principal no debe ser lucir bonitas por fuera, sino tener un espíritu tierno y sereno, un espíritu que es muy valioso para Dios.
¿Saben lo que es un espíritu tierno y sereno? La palabra «sereno» no significa que no puedas ser ruidosa y jovial (¡algo que a papá y a mí nos parece absolutamente adorable!). Significa que su corazón está tan tranquilo y pacífico, como cuando un bebé descansa con su madre (Salmo 131:2). Verán que cuando escuchen la opinión de Jesús sobre ustedes, no estarán ansiosas por encajar o ser las más hermosas. Su corazón estará en paz. Y esa es la verdadera belleza.
Algunas personas creen que encontrar al hombre adecuado es el objetivo final de la feminidad, pero esto siempre conducirá a la decepción. Si Dios quiere que estén solteras, pueden caer en la mentira de creer que son menos adecuadas que las esposas y mamás. Si Él quiere que se casen, pueden creer la mentira de que un hombre puede proporcionar una satisfacción duradera. Mis dulces niñas, ¡estén alertas contra ambos pensamientos! Dios siempre ha basado la feminidad bíblica en nuestra relación con Él, no con los hombres. Si Él las bendice con un esposo piadoso, entonces respeten, aprecien y honren a ese hombre, ¡porque es un regalo! Pero no busquen en él su máxima esperanza y seguridad. Esa es la especialidad de Jesús solamente.
Finalmente, mis queridas niñas, tengan cuidado de definir la feminidad bíblica por lo que hacen. Si caen en esta trampa, siempre se compararán con las demás: lo bien que cocinan, limpian, decoran y disciplinan; si se quedan en casa o no; cómo invierten su tiempo y talentos. Esto solo puede conducir al orgullo, la vergüenza, la culpa y el juicio. Recuerden siempre, la feminidad bíblica se trata de actitudes más que de acciones. Se trata de tener un corazón blando y sumiso hacia Dios y Sus mandamientos.
La mayoría de las instrucciones de Dios en la Biblia se aplican tanto a hombres como a mujeres, pero hay ciertos pasajes escritos específicamente sobre mujeres: Tito 2:3-5, Efesios 5:22-24, Proverbios 31 y 1 Pedro 3:1-6. ¡Acepten la enseñanza de estos pasajes con un corazón agradecido! No fueron escritos para agobiarlas con la culpa, sino para enseñarles la perfecta voluntad y diseño de Dios para las mujeres. Él solo puede (y lo hará) darles poder para que sean la mujer que Él quiere que sean. Y al llegar a ser lo que Él quiere, encontrarán la mayor libertad y gozo.
Todo mi amor por siempre,
Mamá
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