Seguro que cuando te dispones a hacer un viaje largo en carretera una de las primeras cosas que haces es llenar el tanque de combustible, de manera que puedas llegar sin ningún inconveniente a tu destino final, pues bien, hoy quiero proponerte que hagas lo mismo en lo que respecta a tu vida espiritual.
Proverbios 27:12 dice "el avisado ve el mal y se esconde más los simples pasan y reciben el daño". Muchas veces nos enfrentamos con situaciones donde por tener nuestro "tanque vacío", pecamos con mayor facilidad.
¿Qué quiero decir con llenar nuestro tanque? Llenarnos de la Palabra para que seamos capaces de responder adecuadamente ante las dificultades propias del día a día.Cuando sabemos que vamos a tener un día con muchas cosas que nos pueden causar estrés, anticipémonos y busquemos temprano el rostro de Dios en dependencia de Él, contémosle que necesitamos más de Su gracia debido a lo que se aproxima; pasemos más tiempo en Su Palabra y estemos pendientes de cada cosa que hagamos para que no demos pie al pecado.
Si sabemos que ciertas compañías nos llevan a hablar de más, en anticipación llenemos nuestro tanque, oremos al Señor que guarde las puertas de nuestros labios y que no se incline nuestro corazón a hacer lo malo, alejémonos de ellos, ¡seamos intencionales!
Si entendemos que visitar algunos lugares nos trae tentaciones y nos llevan a pecar, refrenemos nuestros pies, o si irremediablemente tenemos que ir, oremos al Señor pidiendo que nos libre de caer, o ¿por qué no? Anticipémonos y hagámonos acompañar de una amiga fiel que sepa nuestras luchas en esa área y nos ayude de manera efectiva, nuevamente esta es una forma de ¡llenar nuestro tanque!
Es cierto que no siempre responderemos adecuadamente, pero si nos anticipamos llenándonos de Él hay mayores posibilidades de salir airosas: situaciones como recibir visitas, preparar un almuerzo o cena para nuestros invitados, un cumpleaños, un estudio, o simplemente entrar a la habitación de los niños, puede requerir un llenado especial. Cada una de nosotras conoce mejor que nadie las cosas que nos hacen perder el control y por eso debemos orar por la gracia necesaria para enfrentar tal o cual situación, si nos anticipamos en oración hay mayores probabilidades de dar gloria a Dios y ser vencedoras en El.
No nos conformemos con vivir a medias, no nos conformemos con pensar que más adelante hay una estación donde podemos "reabastecernos", salgamos preparadas, como las vírgenes prudentes de la parábola que citó Jesús en Mateo 25:1-13, las cuales no solo llevaron sus lámparas, sino que además llevaron el aceite necesario para que no se les apagara en tanto esperaban al esposo.
Anticipémonos, seamos sabias, ese llenado especial de la Palabra es necesario para enfrentar las situaciones difíciles de la vida. Imitemos al salmista quien oró:
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
Porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmos 5:3-4
¡Sí, Señor! que nuestra oración sea a ti, bien temprano en la mañana y nuestra porción seas Tú para poder hacer frente a lo que nos traiga el día. Amén.
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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