Aquella mañana me levanté decidida a rendir esa situación a Dios, a decirle “Señor toma Tú el control...” Pero en mi corazón seguía existiendo solo dolor y confusión. Antes de irme al trabajo busqué en el librero "Rendición" de Nancy Leigh DeMoss, creía que este año ya no me tocaría... Es como si en el mismo momento en que rindo un área de mi vida, otra se levanta en rebeldía ante Aquél a Quien llamo Señor y que es todo para mí. Él se encargó de darme una lección práctica que todavía, unos días después, sigue dando vueltas en mi mente y que ahora compartiré con ustedes.
Amo mi trabajo, es una evidencia del amor y detalles de Dios para mí, tengo además una compañera que es una bendición a la enésima potencia y que sin saberlo trajo un mensaje de Dios a mi vida. Después de una larga mañana batallando con el dolor y este asunto de la rendición ante el sinsentido llegó la hora de ir a casa, mi amiga se ofreció a dejarme en un centro comercial que queda de camino... Antes nos detuvimos en una pastelería y al volvernos a subir al auto decidí cambiar de lugar para quedar en una puerta por donde sería más fácil salir sin incomodar a los demás. Minutos antes de llegar a nuestro destino noté que desde donde estaba sería muy difícil, si no imposible, salir... Había tomado una mala decisión al cambiar de asiento.
De repente el vehículo comenzó a moverse en una dirección inesperada para mí, le pregunté a mi amiga qué estaba haciendo y su respuesta fue, literalmente:
"Estoy entrando para que la ‘puerta equivocada’ se convierta en tu mejor opción para salir"
Y así fue, de manera sorprendente ella cambió en algo útil lo que era un error. ¡Eso mismo hace el Señor por nosotros! Es Dios quien está al volante de nuestras vidas y eso es suficiente para viajar en paz... ¿No te resulta asombroso ver cómo Dios usa hasta la más insensata de tus decisiones?
¡Quedé maravillada! Me llena de paz saber que Dios usará cada una de mis heridas, de mis errores, de mi dolor para Su gloria porque finalmente mi anhelo mayor es ver mi vida glorificarle...
Rendirse es darse la libertad de descansar en el lugar más seguro y confortable, los brazos de un Dios fiel, bueno, misericordioso, compasivo y que además es SOBERANO.
Podemos dormir en paz y estar finalmente quietas, ¡El Creador del Cielo y las estrellas, dirige nuestras vidas! ¿No es eso increíble?
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Romanos 8:28
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