Era casi la hora de almorzar, y había despertado esa mañana con un terrible dolor en mi hombro. Desconocía la causa hasta que mi madre se acercó y me dijo: “Eso pudo haber sido que estuviste en una mala posición”. Luego de un rato vino a mi mente el pensamiento: “pero mi vida con Dios es igual”.
Cada año planifico metas y me comprometo a cumplirlas, pero siempre termino “durmiendo en una mala posición”: en esa batalla entre mis deseos y la voluntad de Dios, tratando de reenfocar, batallar con mi pecado y direccionar mi vida hacia Cristo, a veces me siento espiritualmente igual que con ese dolor en mi hombro tan punzante; solo necesitaba que la carga dolorosa fuera anestesiada.
Pero luego reflexioné ¿porque anestesiarme? si CRISTO pago por mí en la cruz. Ya El soporto esa carga por mí. Dios solo me dice: DESPOJATE DE LA CARGA en Hebreos 12:1-2 dice: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, PUESTOS LOS OJOS EN JESUS, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Esta frase cautivo mi mente, y pensé que esa es la clave: Determinación. Es tomar la resolución, la decisión, la determinación de llevar TODO pensamiento, anhelo, decisión, circunstancia, mi vida completa, CAUTIVA A CRISTO, como dice 2 Corintios 10:5 “…llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…”.
Hice una pausa... sabía que ahí estaba la diferencia entre quien era y quien había resuelto ser. Dios me había estado llamando a adoptar esa determinación en mi vida. Así que solo dije:
“Padre, necesito de Tu sabiduría, MAS de Ti, CRISTO. Rendida ante Ti, quiero que me uses sin importar el costo, lugar ni hora. Sé que será necesario ser quebrantada, pero digo: SI, por amor de Tu nombre. Derrama Tu gloria sobre esta sierva Tuya, quiero que CRISTO resplandezca en mí, vivir mi diseño de mujer para Tu Gloria. Aquí estoy, ¿Que tengo que hacer para que cada día de mi vida cuente para TU gloria, que Tú seas exaltado y que otros te vean a Ti en mí?
Por eso digo, No a mi yo, a mis deseos, a mis planes, pues quiero que seas Tú que me transformes de tal manera que todo mi ser se rinda a Tu plan, Tu diseño, Tu Voluntad, para Tu gloria. Amen”
Luego decidí escribir una lista de Resoluciones. Si te has sentido igual que yo, te animo a adoptarlas sin importar el costo para que CRISTO resplandezca aún más en nosotras.
Yo (Mi nombre) con mis ojos puestos en JESUS, asumo ante Dios la responsabilidad de mi vida.
- Conocer más de Cristo, Su vida y Su obra, a través de Su Palabra.
- Leer la Biblia diariamente.
- Hablar con Dios a diario.
- Orar semanalmente por avivamiento en mi país.
- Memorizar un versículo cada semana y ponerlo en práctica.
- Hacer una lista de mis bendiciones y contar una, cada día.
- Orar diariamente por tres personas diferentes.
- Compartir un versículo de la Palabra por lo menos con tres personas semanalmente.
- Enfrentar el mal y las injusticias con paciencia y compasión.
- Perdonar a quienes me hagan mal y reconciliarme con ellos.
- Aceptar y seguir la voluntad de Dios.
- Tratar a los demás con amabilidad.
- Estar lista para lo que Dios quiera hacer en mí y conmigo.
- Amar Su reino así como CRISTO lo hizo, poniendo mis dones al servicio de Su obra.
- No ser oidora de Su palabra sino también hacedora animando a otros a buscar del Señor e identificar oportunidades de ayuda en el reino de Dios.
- Respetar mis autoridades y hacer mis labores con diligencia y responsabilidad.
- Tener detalles que reflejen amor por mi familia, cada semana.
- Escribir quincenalmente una carta de oración, versículo o tener un detalle con una anciana/madre/viuda/soltera o niña que la anime en su etapa, rol y diseño.
- Ser suave al hablar.
- Involucrarme más en áreas como: la cocina, lavado, limpieza y aprender técnicas nuevas junto a otras hermanas-amigas.
- En tiempos de aflicción, tener un corazón enseñable, que no cuestione la voluntad de Dios.
- Darle más importancia al cuidado de mi condición interna que a lo temporal de mi condición/circunstancia o belleza externa.
- Ser intencional con las cosas que hago.
- Ser una mujer íntegra.
- Ser valiente ante obstáculos y temores. “Más JEHOVÁ está conmigo como PODEROSO gigante..." Jeremías 20:11
Finalmente he resuelto orar a Dios con las palabras del salmista: "Enséñame a hacer Tu voluntad, porque Tú eres mi Dios: Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud." Salmos 143:10
¡A Dios sea la gloria!
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