Hace unos meses estaba en el zoológico con mis dos pequeñas. Mientras nos sentamos a comer una merienda, escuché a un niño gritando: “¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!” Estaba corriendo y buscando a su mamá desesperadamente. Se escuchaba el terror en su voz al no verla por ningún lado. Pensó que estaba perdido. En realidad, su mamá estaba bastante cerca de él, y corrió tras él. “¡Hijo! ¡Estoy aquí! Amor, ¡no tengas miedo!” Lo tomó en sus brazos y lo abrazó, calmándolo con su presencia.
Esta es una ilustración tan vívida de lo que me sucede cuando temo. Una de mis batallas más grandes al vivir por fe y no por vista es la tentación a temer. Este año el Señor me ha revelado algo precioso en Su Palabra a través de esta batalla: el Señor es especialmente cercano al corazón temeroso. Mi Padre Celestial me consuela, tal como la madre consolaba a su hijo con su presencia. Cuando me dice que no debo temer lo dice con amor tierno.
Desde el primer momento en que Adán y Eva pecaron, ellos se escondieron por el miedo. Sin embargo, Él se acercó, les vistió y les prometió un Salvador (Gn. 3:8,15, 21). Escuchemos juntas Su voz mientras Él continúa hablándole a Su pueblo temeroso a través de las Escrituras:
“No temas, Abram, yo soy un escudo para ti.” Génesis 15:1
“Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo.” Génesis 26:24
“El Señor irá delante de ti; El estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes.” Deuteronomio 31:8
“El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? El Señor está por mí entre los que me ayudan; por tanto, miraré triunfante sobre los que me aborrecen.” Salmos 118:6-7
“No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10
“…porque yo estoy con vosotros” —declara el Señor de los ejércitos. “Conforme a la promesa que os hice cuando salisteis de Egipto, mi Espíritu permanece en medio de vosotros; no temáis.” Hageo 2:4-5
¿Puedes ver lo cercano que Él está a quien teme? En su libro Huyendo Asustados, (“Running Scared”), Ed Welch dice: “Dios nos asegura Su presencia a través de toda la Escritura. Cuando llegamos a Isaac, el hijo de Abraham, la conexión entre nuestro temor y la promesa de Dios sobre Su presencia está bien establecida. De ahí en adelante, ‘Yo estaré contigo’ se convierte en una especie de lema.” Como creyentes en el nuevo pacto, vemos la cercanía de nuestro Dios en Cristo. Cristo es Enmanuel, Dios con nosotros. Jesús no se avergüenza de identificarse con nosotros, ni de llamarse nuestro hermano (Hebreos 2:11-12).
Estoy agradecida por la forma en que Jesús está utilizando mi tendencia a temer para revelarme a través de Su Palabra lo cercano que está a mí. Al casi concluir este año, doy gracias por la cercanía de Dios. Puedo decir junto con el salmista: “Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, pues cercano está tu nombre” (Salmos 75:1).
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