El día de Acción de Gracias de 2020, mi esposo salió a trabajar temprano en la mañana y planeamos encontrarnos en casa de mi suegra en la tarde. Habíamos organizado una cena familiar, como es nuestra costumbre, para agradecer a Dios por todo lo que había hecho ese año tan peculiar. Sin embargo, a tempranas horas de la tarde, mi esposo recibió la noticia de que había sido despedido. La institución en la que trabajaba sufrió algunos cambios administrativos y muchos de sus compañeros ya habían sido despedidos, así que sabíamos que esa era una posibilidad para mi esposo también. Lo que no sabíamos era que sería despedido el mismo día de Acción de Gracias.
Cuando me encontré con mi esposo en la tarde, lo abracé y le pregunté cómo estaba, y con toda naturalidad y seguridad me dijo: «¡Muy bien!». Honestamente, yo también me sentía muy bien. Estaba tranquila. Aunque el brillo de nuestra gratitud fue probado ante la sombra de lo incierto, esta noticia, aún teniendo todo el potencial para ser desalentadora, no lo fue. Aunque esta era una pérdida significativa, en ningún momento pensé que nos faltaría nada.
Ese día celebramos tal cual lo habíamos planeado. Comimos pastel de calabaza y pavo, y agradecimos a Dios por Sus bondades. Pudimos experimentar el cuidado de Dios en cada detalle de nuestras vidas, nada escapa a Su control y divino cuidado.
Quisiera decirte que ahí quedó la historia, ¡pero no! Por la providencia de Dios, el día de Acción de Gracias de 2020 fue solo el inicio de lo que sería un año lleno de pruebas y dolor. Recibimos otras pruebas como familia, no obstante, hemos visto este año como una gran oportunidad para conocer a Dios más profundamente. Y, ¿no es eso lo que deberían hacer las pruebas y dificultades? ¡Absolutamente!
La gratitud en medio del dolor, las pruebas, carencias y dificultades, nos empuja a conocer a Dios en maneras diferentes. La gratitud nos ayuda a estar más conscientes de cómo el Señor está obrando en medio nuestro. Ser agradecido en medio del dolor y las dificultades es un ejercicio que enriquece nuestro conocimiento de Dios. Este tipo de agradecimiento aumenta nuestra fe.
El Salmo 34 es un salmo que he estado cantando por meses y me sorprende cada vez. Esta es una declaración de David, quien, a pesar de encontrarse en uno de los momentos más bajos de su vida, encuentra motivos de agradecimiento y alabanza.
«Bendeciré al Señor en todo tiempo;
Continuamente estará Su alabanza en mi boca.
En el Señor se gloriará mi alma;
Lo oirán los humildes y se regocijarán.
Engrandezcan al Señor conmigo,
Y exaltemos a una Su nombre.
Busqué al Señor, y Él me respondió,
Y me libró de todos mis temores» (vs.1-4).
Si lees el título del Salmo 34 dice: «Salmo de David cuando se fingió loco delante de Abimelec, quien lo echó, y él se fue». David huía de Saúl y fue ante el rey Aquis en Gat para buscar refugio, sin embargo, David tuvo temor de Aquis y pretendió estar loco para ser dejado en paz. Después de eso, David huyó a la cueva de Adulam, donde se le unieron muchos hombres. Al parecer este salmo fue escrito en esa cueva. Este salmo es una invitación: «Engrandezcan al Señor conmigo, exaltemos a una Su nombre». David no estaba libre de su aflicción, sino en medio de ella; sin embargo, decide bendecir al Señor por lo que Él haría. David tiene una actitud de gratitud ante el peligro, el temor, el desaliento y la desesperación.
Quizás estás en una situación similar. Puede que seas de las que mira hacia atrás y ve un año de pérdidas: la muerte de un ser querido, desempleo, problemas económicos, la traición de alguien en quien confiabas, persecución por tu fe; o quizás algo interno como falta de fe, ansiedad, depresión o frustración. Sin importar tu situación, te quiero animar a agradecer a Dios, así como lo hizo David. La Palabra de Dios nos motiva a agradecer en todo y nuestra gratitud cambia la perspectiva de nuestras circunstancias.
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Agradece y deléitate en los Atributos de Dios
En el Salmo 34, David llama a Dios: bueno, refugio, proveedor, justo, cercano, consolador... Él conocía a su Dios. De la misma manera, yo te animo a que nos deleitemos en conocer a Dios. Nuestra plenitud, gozo y bienestar dependen de qué tanto lo conocemos. Puedo compartirte que los atributos de Dios que he podido experimentar este año han sido: Su bondad, poder, soberanía, fidelidad, inmutabilidad y puedo agradecer a Dios porque, aunque mis circunstancias cambian y mi corazón es voluble, Él es el mismo y no cambia. Él es digno de confianza.
«Prueben y vean que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia!». -Salmo 34:8
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Agradece y ora con otras hermanas
Otra bendición este año fue ver al Señor sostenerme en medio de la aflicción a través de hermanas en la iglesia. Dios usó a Su pueblo para recordarme Sus bondades, para restaurar mi fe y dependencia de la oración, así como para recordarme que necesito a los demás. David no clamó solo cuando estaba en medio de la cueva, sino que invitó a los que estaban con él a deleitarse en el Señor y a clamar a Él:
«Engrandezcan al Señor conmigo, y exaltemos a una Su nombre». -Salmo 34:3
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Agradece y convéncete de la transitoriedad de las pruebas
Las pruebas no durarán mucho tiempo. Agradece a Dios por las promesas que encontramos en Su Palabra sobre la eternidad y lo transitorio de nuestra vida en esta tierra. Agradece a Dios porque podemos regocijarnos aún en medio de las pruebas, y recuerda…¡son pasajeras!.
«En lo cual ustedes se regocijan grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, sean afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo». -1 Pedro 1:6-7
«Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas». -2 Corintios 4:17-18
Agradezco a Dios porque puedo contar que desde el día Acción de Gracias de 2020 hasta Acción de Gracias de 2021, Él ha sido suficiente para cada necesidad, dolor, decepción, incertidumbre y ansiedad. Mi bendición este año ha sido ver al Señor sostenerme en medio de la aflicción. Doy gracias al Señor por los momentos en los que no supe qué hacer, ya que me empujaron a hacer lo único que necesito: aferrarme a Cristo.
Recursos: Arraigadas «Los Atributos de Dios».
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