Cuando reconocí la necesidad de arrepentirme de mis pecados y de conocer a mi Salvador, fue cuando comprendí lo que Él hizo en la cruz del Calvario. Desde ese momento empecé a desear vivir mi vida para glorificarle a Él. A partir de entonces, comencé a enfocarme en el servicio al Señor dentro de mi iglesia local.
En la medida en que leía y meditaba en la Palabra, al mismo tiempo de ella aprendía sobre el diseño de Dios para mí como mujer, tanto dentro del hogar como dentro de la iglesia. Dicho estudio me llevó a una de las crisis más grandes que he vivido durante mi caminar cristiano; fue una lucha entre quién había sido yo y quién tendría que ser desde entonces en adelante, pues estaba acostumbrada en mi carrera a tener voz de mando y para nada apoyar el liderazgo masculino.
Mi opinión antes de eso era que las mujeres podíamos hacerlo todo y eramos las que teníamos el poder en todo. En su gracia y misericordia, el Señor me ayudó a comprender que existe un liderazgo de los hombres en la iglesia local y el verdadero rol de las mujeres. Sin embargo, mi lucha real comenzó cuando llegamos al campo misionero, donde mi esposo servía como plantador de iglesias.
Vivimos en lugares donde no había presencia evangélica, participando en plantación de iglesias junto con otras familias. A veces es fácil sentir -como mujer- que sabes más que tu esposo sobre la familia, la Biblia e incluso sobre la iglesia. Existe un peligro latente de querer ser tú la que tomes las riendas del liderazgo en vez de apoyar el liderazgo masculino. Si tenemos estas actitudes, estamos viviendo en desobediencia y no estamos glorificando al Señor.
Ejemplos bíblicos de colaboradoras de Pablo
En Romanos 16, Pablo da recomendaciones y saludos a varias personas que habían compartido el ministerio con él. Lo que vemos en estos pasajes es que de ninguna manera el ser mujer significa que no podamos servir en la iglesia. Te comparto esta lista que me ha servido de estímulo, dónde se encuentran algunas de esas mujeres hermosas.
Febe: “Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor de una manera digna de los santos, y que la ayudéis en cualquier asunto en que ella necesite de vosotros, porque ella también ha ayudado a muchos y aun a mí mismo.” Romanos 16:1-2
Priscila y Aquila: “Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, 4 los cuales expusieron su vida por mí, a quienes no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles.” Romanos 16:3 (Aquí vemos a Priscila, quien sirvió junto a su esposo Aquila)
María: “Saludad a María, que ha trabajado mucho por vosotros.” Romanos 16:6
Trifena y a Trifosa y Pérsida : “Saludad a Trifena y Trisfosa obreras del Señor. Saludad a la querida hermana Pérsida, que ha trabajado mucho al Señor”. Romanos 16:12
¿Cómo podemos apoyar el liderazgo masculino de manera práctica?
- Sé una mujer de la Palabra, ámala, estudiala y obedece la Biblia en cada ámbito de sus enseñanzas. Que el meditar la Palabra sea una fuente de transformación de tu mente y corazón para que puedas crecer en sabiduría en todas las áreas de tu vida. Y que seas ejemplo para otras mujeres; así podrás vivir conforme el diseño del Señor.
- Sé una mujer de oración. Ora por tu esposo, tus pastores y por el liderazgo de tu iglesia local. Siéntate bajo la enseñanza bíblica de tus líderes. Crece en santidad y fe para que puedas impactar las vidas de otras personas con tu ejemplo. Vive el diseño de Dios para ti en el hogar, la iglesia, el trabajo o donde Dios te haya colocado.
- Sé una mujer de abundante amor. Que éste se refleje en los actos que haces a tu alrededor. Así podrás glorificar al Señor con tu vida, apercibida del privilegio que tienes en la posición que Dios te ha puesto para afirmar a tu esposo.
- Sé una mujer de gracia así como lo ha sido nuestro Señor Jesucristo. Ten paciencia y muestra respeto al ayudar al liderazgo masculino en las áreas donde el Señor los ha llamado.
- Si eres soltera, dedica tiempo para reflejar a Cristo y servirle -no en competencia con otros jóvenes sino con respeto, amor y gracia-. Que la pureza adorne adorne tu trato hacia tus líderes y pastores.
- Si eres casada, afirma el llamado de tu esposo en respeto, amor y sinceridad, sometiéndote como lo haces a Cristo. Afirma su rol como líder del hogar y sé una mujer de paz, sabiduría y oración.
- Si tienes hijos, permite que su padre pueda ver en ti el apoyo para criarlos en la Palabra del Señor, con disciplina y amor.
- Que en las relaciones con los hombres pidas la ayuda del Señor y puedas aplicar sabiamente las enseñanzas bíblicas de masculinidad y feminidad.
- Si el Señor te ha dado la bendición de estar por encima de algunos hombres, en el área profesional, que puedas enseñarles con sumisión, de manera que puedas dejar que ellos lleven el liderazgo cuando corresponda. Dios se glorificará y bendecirá tu obediencia.
- No te apoyes en versículos tomados fuera de contexto para justificar una posición que no se corresponde con el diseño de Dios para la mujer.
Recuerda que estamos en el mundo pero no somos del mundo. Vivimos en guerra cada día por poder vivir conforme a la Palabra del Señor.
¿Es tu pasión glorificar el nombre de Dios afirmando el liderazgo masculino? ¿Estás reflejando a otras mujeres el diseño bíblico? ¿Has tenido rivalidad por querer tener un liderazgo que no te pertenece?
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