En 2ª Corintios 13:5-7, el apóstol Pablo “devolvió la pelota a sus acusadores pues ellos en lugar de someter a su evaluación arbitraria el apostolado de Pablo, necesitaban poner a prueba la autenticidad de su fe” (en palabras del pastor John MacArthur) y los llama a ‘examinarse a sí mismos para ver si estaban en la fe’.
Esa actitud de los acusadores de Pablo no nos es ajena pues podríamos ceder a la tentación de pensar ‘¡qué bueno sería que tal persona escuchara este mensaje (o “entendiera” este pasaje)!’ creyendo que necesita la enseñanza más que nosotras, y así no permitimos que el Espíritu Santo nos ministre, evadiendo la aplicación personal a nuestra propia condición espiritual.
En Hebreos 11 (el Salón de la Fama de la Fe), tenemos la oportunidad de realizar un “examen de nuestra fe” que requiere dejar de enfocarnos en la condición ajena pero también no leamos los testimonios de los grandes héroes de la fe como historias lejanas sin aplicación personal para nosotras hoy.
Veamos:
- Mi esperanza: (v. 1) ¿Qué espero? ¿lo que yo quiero? ¿lo que yo veo? O ¿Sus promesas eternas? Este versículo no se refiere a esperar cualquier cosa, capricho, deseo o anhelo, como errónea y popularmente se interpreta. Lo que debo esperar es que Dios haga lo que en Su Palabra Él ha prometido.
- Mi salvación: (v.2) ¿Confío en que la aprobación de Dios a mi vida solo viene dada por gracia por medio de la fe en la obra salvadora de Cristo? O ¿tiendo a caer en la esclavitud de mis propias buenas obras?
- Su Palabra: (v. 3) ¿Creo en la creación como se describe en Génesis 1 y 2? ¿Creo que Dios creó de la nada? O ¿Mezclo la historia de la creación con ideas “más modernas”?
- Mi adoración: (v.4) ¿Confío en Dios al punto de rendirle mi vida en adoración como Abel? O ¿Al igual que Caín me apoyo “en mi propio entendimiento” de lo que es agradable a Dios?
- Mi relación con Dios: (v.5) ¿Cómo Enoc, es mi vida un testimonio de mi caminar con Dios, día a día, paso a paso; de manera práctica, estrecha, íntima? ¿Cada decisión persigue agradarlo?
- Conocimiento de Dios: (v.6) ¿Confío que Dios es quien Él revela en Su Palabra? ¿Me acerco a Él confiando que mi mayor galardón es Él mismo?
- Obediencia: (v.7) ¿Al igual que Noé, obedezco a Dios, aunque no entienda Sus planes? ¿Adopto el estilo de vida del mundo? O, ¿me distingo por ser diferente buscando agradar a Dios?
- Mi renuncia: (v. 8) ¿Hasta qué punto estoy dispuesta a renunciar a todo lo que Él me demande para seguirlo como Abraham?
- Mis tesoros: (v. 9-10) ¿Vivo aferrada a (o desesperada por) las posesiones materiales, lo terrenal? O, ¿Está puesta mi esperanza en lo eterno?
- Su suficiencia: (v.11-12) ¿Considero como Sarah que Dios es fiel para cumplir Sus promesas a pesar de mi debilidad o incapacidad?
- Contentamiento: (v.13) ¿Viviría con el mismo gozo, fe y esperanza, aunque supiera que no recibiré Sus promesas en esta tierra, las vería y aceptaría con gusto desde lejos?
- Mi búsqueda: (v.14-16) ¿En qué pienso (o busco) constantemente? ¿acaso lo que dejé atrás cuando vine a Cristo? O, ¿busco las cosas de arriba, Su Reino y Su Justicia?
- Idolatría en mi corazón: (v.17-19) ¿Hago ídolos de Sus bendiciones? ¿Hasta qué punto estoy dispuesta a colocar mis ídolos en el altar?
- El futuro de los hijos: (v.20-23) ¿Rindo el futuro de mis hijos en las manos de Dios? o ¿Creo que soy quien tiene el control de sus vidas?
- Perseverancia: (v. 24-28) ¿Huyo al rechazo, la persecución, las precariedades que podría conllevar tomar decisiones que Le glorifiquen? O, ¿prefiero gozar egoístamente de los placeres temporales del pecado sin cuidado del impacto en mis hijos o la próxima generación?
- Confianza en Dios aún en lo insólito: (v.30) ¿Aunque no me haga sentido aquello que Él me exija, Le obedezco aunque esto provoque burlas, comentarios y críticas?
- Servicio a Su Pueblo: (v.31) ¿Sirvo al pueblo de Dios solamente si no me incomoda?,¿si no conlleva sacrificios ni riesgos?
- Persecución: (v. 32-37) ¿He tenido que enfrentar por amor a Cristo peligros, amenazas, violencia, debilidad, vituperios, maltratos? O, ¿Simplemente complazco a todos y me evito estas situaciones?
Y todos éstos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no recibieron la promesa, porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros. Hebreos 11:39-40
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