Nancy Leigh DeMoss: Hay cierta belleza que solo se encuentra en el desierto. Cuando puedes alejarte de las luces que compiten en la ciudad, puedes ver el brillo de las estrellas.
Eso puede ser verdad también en la vida. Quizás trabajas para un jefe difícil de complacer. Quizás enfrentes un cambio difícil. Podrías tener alguna presión financiera o asunto de salud. Cada una de las cuales podría considerarse una experiencia en el desierto. Pero hay aspectos de Dios que no podemos ver a menos que estemos en el desierto.
El desierto es un lugar de peligro, y allí es donde aprendemos que Dios es nuestra protección.
El desierto es un lugar de sequía, y es donde aprendemos que Dios es nuestro Proveedor.
El desierto es un lugar de desolación y es donde aprendemos que Dios siempre estará con nosotras.
¿Te encuentras en el desierto? Eleva tu mirada sobre tu situación hacia la brillante luz de la gloria de Dios. Pídele que te muestre más de Su belleza durante este tiempo.
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