Recuerdo una mañana del día de Navidad cuando mis 4 hijos pasaron media hora haciendo turnos para abrir sus regalos. Mi esposo y yo estábamos muy gozosos de darles regalos que les gustaban. Cuando abrieron el último regalo esperaba que nos dieran las gracias a mi esposo y a mí por nuestra generosidad. Por el contrario, escuché estas palabras “¿Hay más regalos?”
Probablemente no soy la única madre que ha luchado por enseñarle a sus hijos a ser agradecidos.
Parecería que sin importar todo lo que hacemos para nuestros 4 hijos, con frecuencia su respuesta es ingratitud. Debido al pecado, a menudo revelan que se creen merecedores y por lo tanto, deben recibir todo lo que desean. La gratitud no surge naturalmente. Es nuestro trabajo como padres entrenar a nuestros hijos a ser agradecidos.
Enséñalos
Enséñales cuál es la principal razón de estar agradecidos: el Evangelio. Enséñales que todos hemos violado la ley de Dios (Ro. 3:23) y que la consecuencia es muerte (Ro. 6:23).
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. ~Romanos 5:8
Jesús pagó el precio por nuestra rebelión proveyendo el único camino para que quienes se arrepienten y creen, puedan ser llamados hijos de Dios y herederos con Cristo (Romanos 8:17).
¿Por qué deben estar agradecidos nuestros hijos? Por el hecho de que Dios los ama tanto. Y porque en virtud de ese gran amor, Él envió a Su Hijo a pagar por sus pecados. A los niños no les resulta natural el pensar en el valor de las cosas. Es nuestro trabajo enseñarles lo que la Biblia dice que es el costo de su pecado, qué le costó a Dios asegurar su salvación y el costo de que ellos Lo rechacen.
Enséñales a reconocer la gracia de Dios en sus vidas. No los dejes que se rindan al sentido de merecimiento que la carne provoca. Ayúdalos a aprender que no merecen nada pero que tienen un Padre Celestial que les da todo. En 1ª Corintios 4:7 Pablo pregunta “¿qué tienes que no hayas recibido?” Nuestros hijos necesitan reconocer la gracia, ver que todo don perfecto viene de arriba (Santiago 1:17).
Muéstrales cómo hacerlo
Si quieres que tus hijos sean agradecidos muéstrales cómo hacerlo. Los niños son expertos imitadores. A los varoncitos les gusta cortar la grama como papá, lo siguen cuando está en el patio y ellos usan su cortadora de césped de juego. Las niñas pasan horas jugando cocina. ¿Por qué? Porque quieren ser como mamá cuando prepara la comida para la familia.
Enseña a tus hijos a ser agradecidos, siendo tú, agradecida. Dilo. Hazlo.
Dad gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. ~Salmo 107:1
Sabemos que Dios quiere que seamos agradecidas, pero ¿lo estamos practicando? (Santiago 1:22) ¿Te escuchan tus hijos darle gracias a tu amiga que vino a visitarte? ¿Te han escuchado agradecer a tu pastor por el sermón el domingo? ¿Te han visto tomar tiempo para escribir una nota de agradecimiento? ¿Dirían tus hijos que tú reflejas a Colosenses 2:7 porque abundas en acciones de gracias?
Quizás te encuentras en una etapa donde te resulta difícil encontrar algo por lo cual estás agradecida. Pero la Palabra de Dios dice que debemos “dar gracias en todas las circunstancias” (1ª Ts. 5:18). Nuestro Padre nos ha manifestado abundante gracia y sin importar las circunstancias en que me encuentro hoy, siempre puedo encontrar razones para agradecerle por Su gracia. En su libro “Cuando no se disipan las tinieblas” John Piper dice “Dar gracias con los labios estimula la gratitud en el corazón”.
Mientras hablas palabras de gratitud, pídele que te dé gratitud en el corazón (Colosenses 3:16). Reconoce la gracia que te ha manifestado y responde con gratitud. Sirve de ejemplo para tus hijos.
No toleres la ingratitud
En nuestra casa existe la regla de que nadie puede quejarse. Uno de mis hijos es especialista en encontrar lo malo en cualquier situación. Cuando trata de quejarse de algo, de inmediato le pido que me diga algo por lo cual está agradecido. Mi meta es cultivar en él, una actitud de gratitud.
Es un proceso. Él continúa tratando de quejarse de todo y yo trato de continuar exprimiendo ese deseo peligroso en él y trabajando en aumentar su conciencia de la gracia de Dios.
A veces mis hijos dicen “mamá no quiero comer estos vegetales”. Les respondo diciéndoles algo como “Gracias mamá por hacerme una cena saludable”, a veces les hago repetir la frase y ellos lo hacen, quizás hasta riéndose mientras lo hacen. En lugar de pensar porqué ellos no disfrutan las coles de Bruselas, quiero que sean agradecidos por la provisión de alimento saludable.
Dios ha dado a los padres la autoridad sobre sus hijos (Ef. 6:1). Nosotras decidimos, basado en la Palabra de Dios, qué permitir en nuestro hogar y qué rechazar. Usa tu autoridad para cultivar corazones agradecidos en tus hijos. Rechaza toda amenaza a que tus hijos sigan creciendo en gracia.
Mira el cuadro completo
La gratitud nos recuerda quienes somos y Quién es Dios. No somos autosuficientes, Pablo dijo en 2 Corintios 3:5 “…no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios” Él suple todas nuestras necesidades (Flp. 4:19). Como el salmista decimos “Por cuanto yo estoy afligido y necesitado, el Señor me tiene en cuenta.
Tú eres mi socorro y mi libertador; Dios mío, no te tardes. ~Salmo 40:17
Dios es nuestro Padre y dependemos de Él para todo. Nuestros hijos necesitan ver su relación con Dios de la manera correcta. Ayudamos cuando oramos que Dios les dé un corazón que sea agradecido. Ayudamos cultivando un corazón agradecido en ellos. Mientras luchamos en el proceso, debemos recordar al enemigo en este proceso.
Satanás es una amenaza a que nuestros hijos crezcan en gracia y a que respondan en gratitud a Dios. El odia a nuestros hijos y quiere destruirlos. Lucha por tus hijos cultivando sus corazones hacia Dios. Ora que Dios les dé corazones que dependan de Él y que lo alaben por Su provisión.
Quiero que mis hijos sean agradecidos y que vean la gratitud en mí. Quiero que mi familia glorifique al Señor al mostrarle nuestra gratitud a Él. Quiero que mi familia sea tan agradecida mostrando su gratitud hacia Él. Quiero que mi familia sea tan agradecida por Su gracia, que lo único que hagamos sea mostrar gracia a otros. Por eso oro que Dios incline nuestros corazones hacia Él y que yo pueda modelar la llenura de mi propio corazón para que mis hijos la vean. ¿yY tú? ¿Qué quieres para tu familia?
Dios nos ha dado la bendición de los hijos y la responsabilidad de entrenarlos. Por Su gracia, sé agradecida y enseña a tus hijos a serlo también.
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