Elisabet | Semana 6 | La canción de Elisabet

¡Llegamos a nuestra última semana! Que maravilloso ha sido caminar juntas a través de estas seis semanas. Gracias por haber estado con nosotras. Hoy damos fin a nuestro estudio bíblico de Elisabet. 

Esta semana hablaremos de la canción de Elisabet. Los cristianos deberían ser personas que cantan. Aquellos que no conocen a Cristo tienen muy poco de qué cantar y nada de qué cantar cuando se trata de la muerte. Por otro lado, aquellos que sí conocen a Cristo tienen muchas razones para irrumpir en cánticos.

No es pecado querer un hijo. No es pecado querer estar casado. No es pecado querer una carrera más satisfactoria. No es pecado desear provisión financiera. Estos anhelos no son, en sí mismos, pecaminosos. Lo que es pecaminoso es cuando exigimos que se cumplan ahora o tomar una postura de amargura frente a la desilusión.

Los anhelos más profundos de nuestros corazones no pueden ser llenados por una persona o cosa creada, y es por eso que debemos aprender a aceptar los anhelos no cumplidos, aprender a vivir con ellos y rendirlos a Dios.

Entra al enlace y accede al video. 

Frases para meditar:

  • Charles Spurgeon lo dijo de esta manera: «Somos ordenados para ser los trovadores de los cielos, así que ensayemos nuestro eterno himno antes de cantarlo en los pasillos de la Nueva Jerusalén».
  • A través de su Palabra, Dios nos llama a más que simplemente soportar la desilusión. Debemos usar nuestras vidas para dar gloria a Dios y animarnos unos a otros.
  • Los redimidos siempre tienen motivos para cantar, incluso cuando nuestros corazones están abatidos o nuestras circunstancias son abrumadoras.
  • Ante la desilusión, la alabanza puede sentirse como un sacrificio. Somos tentadas a perder la esperanza o exigir nuestro propio camino. Y sin embargo, una vez rendidas, las desilusiones funcionan como la leña, alimentando nuestra devoción al Señor.

Profundiza más:

  • Elisabet nos muestra cómo cantar a través de las desilusiones de la vida. ¿Tienes una canción o un himno que te recuerda la fidelidad de Dios?
  •  ¿Cómo reaccionas ante esta afirmación? «... Los anhelos no son, en sí mismos, pecaminosos. Lo que es pecaminoso es cuando exigimos que se cumplan ahora, o cuando tomamos una postura de amargura frente a la desilusión». ¿Alguna vez has respondido pecaminosamente ante los anhelos no cumplidos?
  • ¿Qué has aprendido acerca de rendir tus deseos a Dios?

Recuerda:

Mis amadas la historia de Elisabet es un recordatorio de que podemos enfrentar la desilusión con gracia debido a la esperanza que tenemos en Cristo. Nuestras historias pueden ser una continuación de su canción, mientras nos recordamos mutuamente que debemos mirar más allá de nuestros deseos no cumplidos hacia Aquel que, en última instancia, satisfará cada anhelo.

Nuestras circunstancias en este momento no durarán para siempre. Hay algo más grande. Hay algo que las supera, que excede nuestras circunstancias. Elisabet pudo enfrentar su desilusión porque sabía que se avecinaba un día en que todos los reyes, cada presidente, cada primer ministro, cada dictador, cada esposo, cada jefe, cada líder, cada político; todos se inclinarían ante Su majestad, y Jesús reinará por los siglos de los siglos.

¡No te olvides de dejarnos tus preguntas y compartir tus fotos con las hermanas que estás haciendo este estudio! La próxima semana estaremos haciendo un live para responder tus preguntas.

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Sobre los autores

Yamell de Jaramillo

Yamell de Jaramillo

Yamell es originaria de la República Dominicana. Ama la Palabra de Dios, es firme en sus convicciones y vive apasionadamente la vida cristiana teniendo el deseo genuino en su corazón de poder vivir el señorío de Cristo.  Tiene un especial … leer más …

Berenice Montes

Berenice Montes

Es originaria de Monterrey México, está casada con Luis Berlay, pastor de la Iglesia Bautista Genezareth en Guadalupe, N.L.
Myrna Ortiz

Myrna Ortiz

Myrna es de la Ciudad de México, donde también reside y ha sido testigo de lo que el Señor hace en esa gran y concurrida ciudad. A través del servicio a las mujeres en su iglesia local, Myrna aprendió a … leer más …


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