Durante los tiempos de Jeremías, las personas estaban viviendo una vida de bastante comodidad. Jeremías escribió sobre este pueblo: «…desde su juventud, ha estado tranquila sobre su sedimento; no ha sido vaciada de vasija en vasija...» (Jer. 48:11).
En aquellos días, el proceso de hacer el vino consistía en colocar el jugo en vasijas de cuero por varias semanas de manera que el sedimento amargo se asentara en el fondo. Luego el jugo era vertido en otra vasija para eliminar ese sedimento. Este proceso se repetía una y otra vez hasta que todas las impurezas de sabor desagradable se hubiesen eliminado.
Jeremías comparaba a estas personas displicentes que le rodeaban con un vino que había permanecido en su vasija demasiado tiempo.
El sufrimiento es el medio que Dios usa para verternos de vasija en vasija de tal manera que los sedimentos amargos del pecado y del YO puedan ser removidos, quedando solamente su dulce Espíritu en nosotros. ¿Estás aceptando este proceso que te está ayudando a asemejarte más a Cristo?
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