Por Lorena Suárez Rogel
Asistir a Mujer Verdadera 2015 fue una experiencia tan linda que jamás olvidaremos. Cada día, tiernamente Dios nos permitió luchar para que los inconvenientes que veíamos no fueran el pretexto para seguir en nuestra meta planificada, y, además, nos alentó a esperar con paciencia los fondos que necesitábamos obtener para lograr lo propuesto; nos impartió una completa confianza en que Él tenía el control de cada paso que íbamos dando ya que Él es soberano.
Asistir a nuestra primera conferencia internacional de mujeres para buscar juntas del Dios de nuestra salvación es algo que permanecerá en nuestros corazones.
No quisiera que interpreten como que no hubo obstáculos; más bien mis amadas hermanas y amigas sí los tuvimos ¡y muchos! Lo que nos llevó a pensar ‘a lo mejor Dios nos está mostrando que no vamos’.
Fueron obstáculos de todo tipo, económicos, laborales y familiares…pero en oración, Dios nos dotó de la sabiduría para resolverlos.
¡Uao! solo puedo decirles que esa experiencia de ir a conocer a hermanas de otras naciones, asistir a la conferencia y estar en vivo y directo escuchando las enseñanzas de Nancy - quien ya era familiar para nosotras pues apenas se me recomendó su ministerio radial, lo escuchábamos en las mañanas por un lapso de dos años, mientras mis hijas se preparaban para ir al colegio cada día.
¿Qué ha pasado luego de asistir a la conferencia? Las batallas ahora son diferentes y creo que han subido de nivel según mi manera de ver las cosas, pero el hecho de que Dios nos permitiera conocer ministerios sanos en la enseñanza de Su Palabra para las mujeres; nos ayuda a tener ánimo y ver que no estamos solas en las diferentes situaciones que Dios permite en nuestras vidas.
Como madre y esposa de pastor, anhelo seguir creciendo; reconozco que me falta un trayecto muy grande, pero me hago eco de las palabras del apóstol Pablo, prosigo al blanco.
Para esta conferencia Mujer Verdadera 2017 en Querétaro, México, Dios mediante solo asistiré con una de mis hijas ya que las otras dos por motivos de estudios y trabajo les ha resultado un poco complicado asistir.
Amadas me despido no sin antes expresar mi inmensa gratitud al Dios de mi salvación por Su amor incomparable para con esta sierva inútil; ¡alabado sea Cristo! por Su amor perfecto a mi vida a pesar de que de mí solo sale un amor imperfecto para con Él.
Concluyo con una porción del Salmo 144 “bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el Señor”.
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