Porque de Él, por El y para El son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén. Romanos 11:36.
Crecí en un entorno donde las OBRAS y la PRODUCTIVIDAD son algo que se espera de las personas. ¿Sucede así en tu comunidad?. En toda área de la vida es necesario que aprendamos a discernir la verdad del error, para tener una perspectiva adecuada al respecto.
En el aspecto religioso, la religión popular invita a las personas a hacer sacrificios, ir de rodillas grandes distancias, repetir ciertas palabras, dar limosnas y demás, como si por obras se pudiera ser salvo o “comprar” el favor de Dios.
En el área laboral y profesional se espera de ti “que generes” y que lo hagas eficientemente. En el mundo, producir es un medible de quién eres como persona, una manera sutil de decir: "vale más quien más produce" (ya sea fama, dinero, poder, influencia, etc.). Se da un énfasis exagerado en lo que alguien logra, sin importar los medios o la motivación que se tenga al hacerlo.
Esto podría hacernos pensar que nuestra posición delante de Dios también depende de nuestro desempeño y olvidar el encontrar gozo en la obra concluida de Cristo.
Por ese tipo de expectativas y aunado a mi naturaleza enfocada a resultados, en ocasiones me siento muy contenta por todo lo que logré (orgullo disfrazado de satisfacción personal) y otras, me siento un fracaso porque no hice nada (culpabilidad disfrazada de “exigencia y no conformismo”), ambos extremos son peligrosos. Necesitamos la perspectiva divina.
Me encanta y necesito recordar continuamente sobre ese GRAN misterio de la piedad (1 Timoteo 3). Quiero confiar únicamente en la gracia de Dios que se manifestó en carne y agradecer por Su sangre derramada para salvarme. El gran amor divino va más allá de todo, del éxito, la fortuna, las buenas obras, los logros o la productividad.
Cuando reconoces que es sólo por los méritos de Cristo y no por los propios (Gálatas 2:16), cambia todo tu entorno ya que no puedes ahogarte en -la culpa- cuando no eres “buena” ante tus ojos, y tampoco en el orgullo cuando supones que sí lo eres. Todas nuestras motivaciones y obras deben ser con el objetivo de dar gloria a Él, ser de bendición a los demás y que Su carácter sea formado en nuestra vida (Efesios 1:6).
Al reconocer la naturaleza pecaminosa que tenemos y que la salvación no es por obras (para que nadie se gloríe, Efesios 2:9), resulta más sencillo reconocer la dependencia que tenemos del Señor para enfrentar cada día.
Es por medio de Su Palabra y meditar continuamente en Sus promesas lo que nos permite seguir adelante, viviendo Su plan y Su diseño con gozo, no afanadas, sino libres para disfrutar la vida y las obras que Él tiene planeadas para nosotras de antemano (Efesios 2:10).
El gran objetivo de Dios no es hacernos siervos exitosos. El gran objetivo de Dios es conformarnos a la imagen de Jesucristo. Paul Washer.
"según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad" (Efesios 1:4-5 LBLA)
Él vino a dar no sólo salvación, sino plenitud y orden a nuestras vidas, Su amor incondicional es nuestro mayor gozo. Él planeó de antemano buenas obras para que anduviéramos en ellas pero éstas serán un fruto del arrepentimiento continuo, no el objetivo final, Él es su causa, todo es por y para Él.
Te invito a ver este video y deleitarte en la grandeza de Su amor por ti, que va más allá de todo y recordar que no depende de tu éxito logro, poder, influencia, inteligencia o elocuencia.
Su amor es eterno por Su grandeza y naturaleza, no por nuestros méritos, sino por los de Jesucristo.
¿Confías ya en la gracia de Dios y su sangre derramada para tu salvación? O ¿aún confías en la buena persona que eres y en las buenas obras que haces? Hoy es el día de salvación y libertad. Si ya le conoces... ¿En cuáles versículos de la Palabra te apoyas para recordar las prioridades y propósitos de Dios para tu vida y hogar como fue diseñado por Dios?
DÍA 3. Te invito a tomar el Viaje de los 30 días a través del Manfiesto de una Mujer Verdadera disponte a escudriñar Su Palabra y estar receptiva a lo que desea mostrar a tu vida.
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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