Cada día las mujeres solitarias se conectan con amantes potenciales a través del internet y de los medios sociales; muchas otras buscan sofocar sus anhelos con la comida, las drogas o cualquier otra adicción. He hablado con múltiples mujeres que se han volcado hacia el alcohol, la masturbación, el auto lesionarse, y aun a la droga llamada «cristal» buscando satisfacer sus anhelos.
La motivación de llenar tu vida con placer no es equivocada, pero el tratar de hacerlo para reemplazar a Jesús, el Pan de Vida, es como tratar de llenar tu boca con grava (Prov. 20:17).
Te animo a leer las descripciones debajo para que puedas considerar si estás alimentando deseos que te esclavizarán o cultivando deseos que te llevarán a dar fruto en abundancia.
Deseos que nos esclavizan:
- Brotan de pensamientos y motivaciones centradas en nosotras mismas.
- Son secretos o satisfechos en la oscuridad.
- Pueden llevarnos a cruzar líneas que van mucho más allá de la voluntad revelada de Dios.
- Traen con ellos un temor de ser descubierta en el momento que estamos experimentando esa gratificación.
- Tienden a ser adictivos.
- Requieren de una justificación tras otra, basándonos en nuestra situación o necesidad «única y especial».
- Envuelven mucho la idea de que «todo se trata de MÍ».
- Impiden la adoración sincera.
La gratificación de esos deseos:
- Envuelve todo lo que es moralmente corrupto, espiritualmente pervertido y físicamente dañino o adictivo.
- Nos deja con sentimientos de culpa y vergüenza, y siempre nos dejan hambrientas.
- Causan daño a las demás.
En contraste con estos deseos de la carne y con la destrucción que producen, Gálatas 5 describe el fruto producido por los deseos del Espíritu: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio…».
Los deseos que llevan a la abundancia de fruto:
- Brotan de una pasión de exaltar Su gloria.
- Pueden ser compartidos abiertamente con los demás.
- Nos llevan a satisfacer los propósitos de Dios para nuestra vida.
- Traen consigo un profundo sentir de gozo y anticipación por el futuro.
- Se cultivan al permanecer en Cristo.
- No son ordinarios.
- Tienen todo que ver con Su gloria.
- Nos llevan a la adoración.
El satisfacer estos deseos:
- Puede involucrar un arduo trabajo, largas horas, sudor y sangre o lágrimas.
- Traen crecimiento espiritual y mayor libertad.
- Inspiran a otras a caminar más cerca de Cristo.
- Si reconoces en ti algunos de los puntos que nos llevan a la esclavitud, por favor llama a una amiga piadosa que hable verdad a tu vida, pídele que ore por ti y que te haga rendirle cuentas. ¡No tienes que caminar este camino sola!
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