El siguiente mensaje fue enviado originalmente por una hermana que asistió a la conferencia Mujer Verdadera´15 al grupo de mujeres que viajé con ella.
¡Ya pasaron dos meses! Y pensar que fueron meses de arduo trabajo para lograr nuestro objetivo de llegar a la conferencia Mujer Verdadera. Vimos la mano de Dios en todo hasta el último momento. ¡Dios fue fiel! Nada nos faltó e incluso a algunas les sobró.
¡Llegamos! Y allí junto a miles de mujeres fuimos testigos del mover del Espíritu Santo. Cada letra de las alabanzas, adoración, oración y cada mensaje penetraron profundamente en nuestros corazones, produciendo: risas, lágrimas, convicción de pecado, llevándonos al arrepentimiento, despertando en nosotras hambre y sed de más de Él y retándonos a tomar la decisión de ser obedientes al llamado de Dios. ¡Y así lo hicimos!
Nuestros "radares" espirituales (es decir, el discernimiento) se activaron. Dios movía a algunas a orar, abrazar, consolar o llevar una palabra. Unas necesitaban confesar y otras prestaban su oído para ser el instrumento de llevar sanidad. Dios orquestaba TODO, con propósitos. No solo llevó Su Palabra a nuestro corazón, sino que también nos mostró Su amor y cuidado. ¡Cuán grande fue Su gracia y Su amor para con nosotras!. ¡Fue increíble! Sobrepasó nuestras expectativas.
¡Y aterrizó el avión de vuelta! Llegamos a nuestras rutinas y muchas se enfrentaron a semanas difíciles. Pero algo abundaba en nuestros corazones; el asombro de lo que Dios hizo y el deseo de que continuara Su obra en nosotras. Algunas decían que no querían dejar de experimentar lo que habían recibido, otras que tenían miedo de que se acabara; y todas fuimos retadas a poner en práctica lo que aprendimos.
Algunas pudieron aplicar las verdades y salir airosas de diferentes pruebas pero otras flaquearon, experimentando un profundo dolor. Mentiras susurraron en sus mentes de que todo había sido en vano, que Dios no había hecho nada, o que seguían siendo las mismas, trayendo desilusión a su corazón.
¡Ten ánimo! Eres una mujer nueva, pero no eres perfecta. Nadie lo es, ni siquiera los recursos que Dios utilizó para hablarnos, todas tenemos debilidades y pecamos. Filipenses 1:6 nos dice: Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva. Si caes, levántate, reconoce tu debilidad y revístete de Su poder.
En 2 Corintios 12:9 nos dice: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad».
Y Pablo decía: Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. El Señor quiere mujeres débiles, rendidas, para El glorificarse.
El Señor nos dice en Santiago 5:16 Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva. Amada, ¡NO está permitido continuar sola este camino! Es necesaria la oración de unas por las otras y la transparencia.
Otra cosa que descubrí en el camino fue que enfocarnos en cumplir el objetivo de llegar a la conferencia, creó UNIDAD entre nosotras. Durante años las mujeres de nuestra iglesia estaban dispersas y solitarias, pero durante este tiempo de preparación, el Señor unió nuestros corazones para cumplir un propósito. Pablo exhortaba a los filipenses: “Entonces, sea que vuelva a verlos o solamente tenga noticias de ustedes, sabré que están firmes y unidos en un mismo espíritu y propósito, luchando juntos por la fe, es decir, la Buena Noticia.
La firmeza y la unidad en un mismo espíritu y propósito son ingredientes necesarios para llevar el Evangelio. En República Dominicana hay doce mujeres que completan el equipo de Aviva Nuestros Corazones en Latinoamérica, quienes dijeron: ¡Sí Señor! al llamado de Dios, quienes fueron retadas y se entregaron en espíritu por un mismo propósito. Son incapaces por ellas mismas. Dios las ha llevado a ese lugar cuando han dicho: "Yo no puedo, Señor pero Tú sí puedes". "No sabemos cómo lo vamos hacer, pero Señor Tú sí sabes".
Que nuestro objetivo sea que lo aprendido traspase las 4 paredes de la iglesia. (Hechos 4:20 “Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”)
¿Cómo lo vamos hacer? Ni idea. ¿Tenemos la capacidad? Ninguna. Nos toca rendirnos a Él y orar para que dirija nuestros pasos hacia Su voluntad. Orar, seguir profundizando en Su Palabra, pues para poder dar, es necesario estar llenas y mientras lo hacemos en fe, nuestro discernimiento será afinado y Dios nos mostrará el camino.
Filipenses 2:12-16 (NTV) Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada. Hagan todo sin quejarse y sin discutir, para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta. Aférrense a la palabra de vida;
Les bendigo y las amo,
Rosa Soto (Puerto Rico)
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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