El pastor escocés, Robert Murray M’Cheyne, una vez dijo, “Por cada mirada hacia ti mismo, mira diez veces a Cristo.” En otras palabras, sin importar que tanto tiempo nosotros analicemos nuestras luchas, necesitamos pasar ese mismo tiempo -multiplicado por diez- meditando en Cristo y en Sus promesas. Cuando estamos leyendo la Palabra de Dios, cuando oímos predicas, y al orar, nuestras mentes son transformadas y nuestro espíritu renovado. Estas disciplinas a veces parecen ser ordinarias y aun aburridas, pero Dios usa estos medios ordinarios de la gracia para hacer una obra extraordinaria de transformación en nuestros corazones.
Muchas veces nuestras luchas nos ciegan a la esperanza que tenemos frente a nosotras. Así como un millonario que actúa como un pordiosero, teniendo nosotras una fuente de riquezas en Cristo, pero sin poder ver más allá de nuestras circunstancias para apoderarnos de ellas. Pero al mirar a Cristo, encontramos esperanza porque en Él nosotras tenemos todo lo que necesitamos para la vida y la piedad. (2 Pedro 1:3)
¿Te parece la santidad una meta intimidante? ¿Sabes que hay esperanza en Cristo cuando tu corazón se siente agotado?
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