«“Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,Ni sus caminos son Mis caminos”, declara el Señor.”Porque como los cielos son más altos que la tierra,así Mis caminos son más altos que sus caminos, y Mis pensamientos más que sus pensamientos”».
-Isaías 55:8-9
¿Por qué podemos tener gozo cuando el dolor llega a nuestras vidas? Una respuesta rápida sería: porque tenemos la seguridad de que Dios está en control.
Pero, ¿qué significa que Dios está en control cuando el dolor ha llegado a nuestras vidas por la pérdida de un ser querido o por el diagnóstico de una enfermedad que es inevitable? ¿Qué significa que Dios tiene todo en Sus manos cuando la economía en el hogar es insostenible, el matrimonio esté deshecho, los hijos se muestren rebeldes o cuando la prueba es tan grande que no podemos ver ni comprender lo que está sucediendo a nuestro alrededor?
Cuando algo así nos sucede, entonces la duda llega a nuestra mente y olvidamos que Dios sigue estando en control.
Así que, mi amiga, quiero compartirte algunas verdades que, para ser honesta, en muchas ocasiones tengo que recordarme a la luz de la Palabra cuando mi tendencia es a olvidar que en medio de la prueba y adversidad debo confiar en Dios y tener gozo.
Los pensamientos de Dios no son como mis pensamientos.Seguramente nuestros pensamientos en medio de la aflicción van a ser negativos. Tenemos la tendencia a ver las cosas como una tragedia, en lugar de verlas con una mirada hacia lo eterno. Pero recordar que Dios es incomprensible nos hace redefinir nuestra mirada: «Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes» (Is. 55:8ª). Esto no quiere decir que no podemos conocer los planes de Dios, pero sí quiere decir que no pueden ser plenamente conocidos. La realidad es que una mente finita no puede comprender ni explicar completamente a un Dios infinito.
Pero no temas, en Sus pensamientos encontramos una promesa de esperanza eterna. «“Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza”» (Jer. 29:11). Así que, cuando estamos atravesando una situación de dolor o prueba en la que comenzamos a dudar de Su fidelidad, es cuando tenemos la oportunidad de vivir por fe. Es ahí donde Dios nos da la oportunidad de poner en práctica lo que verdaderamente creemos. Dios tiene el propósito de usar este tiempo de dolor y aflicción en nuestras vidas para enseñarnos a confiar que Él tiene cuidado y proveerá cada cosa que necesitamos.
Él no está alejado de nosotras. «Porque como los cielos son más altos que la tierra,así Mis caminos son más altos que sus caminos» (Is. 55:9). Aunque hay una distancia muy clara entre el cielo y la tierraque nos muestra la separación que existe entre Dios y el hombre, estando Él sentado en el santo cielo y nosotras en la tierra pecaminosa, podemos tener una esperanza: existe un descenso desde el cielo hasta la tierra.
La lluvia y la nieve descienden; el cielo no siempre se encuentra alejado de la tierra en su distante gloria. A veces se acerca y se inclina para regar la tierra. Así es cuando estamos frente a la prueba o aflicción, nuestro Dios no se encuentra al margen o distante de todo, sino que su corazón se vuelve afectuoso y tierno para con nosotras. Él se acerca a los pecadores con nubes colmadas de compasión. ¡Se acerca por medio de Su Palabra! Cuando nos refugiamos en la Biblia, Dios atraviesa un abismo para tener un encuentro con nosotras, y así, nuestros caminos puedan alinearse a los suyos.
Él es soberano y gobierna sobre todas las cosas. «Así será Mi palabra que sale de Mi boca,no volverá a Mí vacía sin haber realizado lo que deseo,y logrado el propósito para el cual la envié» (Isaías 55:11). La idea del gobierno infinito de Dios no solo es difícil de comprender, sino que nos cuesta confiar en ese gobierno. Su soberanía nos asegura que no hay límites en Su autoridad para actuar. La Biblia dice clara y repetidamente que Dios controla todas las cosas «…que obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad» (Ef. 1:11). Él no necesita permiso de nadie. Está presente en todo lugar y tiene todo poder; no existe nadie que pueda desafiar Sus planes. Como dijo Job: «Yo sé que Tú puedes hacer todas las cosas,y que ninguno de Tus propósitos puede ser frustrado» (Job 42:2).
Así que, como Dios controla todo, Él puede hacer que todas las cosas obren para nuestro bien, aun aquellas que otros pretendían para mal. Tal es el caso de los hermanos de José, que a pesar de que ellos actuaron en su contra, Dios lo usó para lograr Sus buenos propósitos. Esta verdad me ayuda a recordar y descansar en que los acontecimientos que son inesperados, están siendo controlados por las manos de Aquel que ha creado todo para Su gloria.
Entonces, saber que Dios está en control me permite reconocer que Él es soberano y gobierna todas las cosas según Su buena voluntad, me hace comprender que a pesar de las dificultades Él sigue cuidando de nosotras. Puedo ver también la fidelidad de Sus promesas y me ayuda a entender que nosotras tenemos una mirada muy corta y Él tiene una vista extendida.
Saber que Dios está en control es comprender que ni la vida ni la muerte nos pueden quitar lo que Su hijo Jesucristo nos ha dado: una vida eterna en Él. Por esta razón, mi respuesta debe ser adoración aún en medio de la prueba o dificultad, reconociendo que todo le pertenece a Él. Y aun cuando Él quita, podemos enfocarnos en el gozo de lo que nos fue dado, aunque solo haya sido por un determinado tiempo. «El Señor dio y el Señor quitó;
bendito sea el nombre del Señor» (Job 1:21).
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