Después de su divorcio, Agnes dejó todo y se fue a Alemania con sus hijos con la idea de empezar de nuevo, allí se encontró sola, sin familia, sin saber el idioma y con un profundo vacío en su vida. Sin embargo el Señor en su misericordia, escuchó su clamor y la llevó a encontrarse con otras mujeres latinas en su país y junto con ellas comenzó a estudiar la palabra de Dios. Agnes nos cuenta cómo fue este proceso y cómo poco a poco, las verdades de la palabra de Dios fueron desmontando una a una las mentiras que había creído por tantos años y cómo este encuentro con el Evangelio cambió su vida y la vida de sus hijos radicalmente.
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