Puede sucederle a cualquiera de nosotras. Hemos abrazado una mentira y, como resultado, estamos luchando. Algunas mujeres viven bajo una nube de culpa y condenación. Otras están agobiadas por el peso de su pasado. Otras se ven atrapadas por el miedo al rechazo y un anhelo de aceptación y aprobación. Muchas son prisioneras emocionales, esclavizadas por la preocupación, el miedo, la ira, la depresión y la auto-compasión.
La vida es difícil. No hay manera de evitar eso. No existen fórmulas mágicas que hagan que todos nuestros problemas desaparezcan. Pero podemos caminar a través de las duras realidades de la vida, como lo es el rechazo, la pérdida, la desilusión e incluso la muerte, en libertad y verdadero gozo.
¿Cómo escapamos de la cautividad espiritual y comenzamos a avanzar hacia una mayor libertad en esas áreas? Hoy daremos el primer paso:
Identifica las áreas de esclavitud espiritual o comportamiento pecaminoso.
La Escritura dice: "pues uno es esclavo de aquello que le ha vencido" (2 Pedro 2:19). ¿Puedes identificar cualquier problema en tu vida, grande o pequeño, que te haya vencido?
- ¿Hay áreas donde estás en esclavitud física (comer en exceso, comer desordenado, abuso de sustancias)?
- ¿Estás en esclavitud emocional (ansiedad, miedo, depresión, trastornos emocionales crónicos)?
- ¿Eres esclava de algún pecado sexual (masturbación, pornografía, lujuria, fornicación, homosexualidad)?
- ¿Es la esclavitud financiera (gasto excesivo, avaricia, tacañería) un problema en tu vida?
- ¿Hay hábitos pecaminosos que te atormentan (enojo, mentira, chismes)?
- ¿Estás en esclavitud de la necesidad de aprobación?
- ¿Estás esclavizada a la televisión, juegos de computadora, redes sociales o novelas eróticas?
Por más doloroso que parezca mirar con sinceridad nuestras vidas, Dios nos dará la gracia a través de su Espíritu para ver lo que Él nos quiere revelar. La decisión es tuya. Podemos cerrar los ojos y permanecer prisioneras o podemos abrazar su verdad que santifica, purifica y nos libera (Juan 8:32, 17:17; Hebreos 4:12). Considera el gozo que experimentarás cuando las mentiras estén expuestas, las cadenas se rompan y comiences a caminar en la Verdad.
Hazlo personal:
Ora, "Señor, a pesar de mi pasado, mi pecado y mi terquedad, nunca dejas de amarme y perseguirme. Ayúdame a conocer tu corazón y tus caminos. Pongo mis pies en el camino hacia la libertad mientras oro fervientemente el Salmo 139: 23-24 ".
La verdad de hoy:
Salmos 139: 23-24: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón". ¡Pruébame y conoce mis pensamientos! ¡Y mira si hay algún camino grave en mí y guíame en el camino eterno!
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