¡Felicidades! Eres una feliz ganadora de un sorteo que otorga premios de más de $100,000. Actúa rápido; tu paquete de premios secretos debe ser reclamado dentro de 24 horas. Para confirmar tu entrada ganadora, simplemente proporciona una tarjeta de crédito para cubrir los gastos de envío y trámites nominales.
¿Alguna vez has recibido una notificación similar? Antes de ingresar ciegamente un número de tarjeta de crédito, la mayoría de las personas sabiamente harían algún análisis de la oferta:
- ¿Participé en un concurso de sorteos?
- Esto suena como una estafa. ¿Será legítimo?
- ¿El premio prometido será demasiado bueno para ser cierto?
Puedes ser lo suficientemente inteligente como para detectar una estafa extravagante cuando la ves, pero, ¿ejercitas el discernimiento cuando se trata de filtrar entre la verdad y el error? La naturaleza del engaño aprovecha el hecho de que a menudo desconocemos que nos están engañando con mentiras.
En Génesis 3, la estrategia de engaño de Satanás fue ofrecer a Eva algo difícil de resistir. Él prometió: "serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal" (v. 5). La fruta prohibida era tentadora. Y sí, los ojos de Eva fueron abiertos cuando tomó un bocado, pero en lugar de recompensas prometidas, se encontró con la boca llena de gusanos - vergüenza, culpa, miedo e inseguridad. Al pecar, ella perdió el plan perfecto de Dios para su bendición y felicidad.
La serpiente engañó a Eva a través de una inteligente combinación de mentiras descaradas, medias verdades y falsedades disfrazadas de Verdad. Él usa una receta similar de engaño para ganar nuestros afectos, influir en nuestras elecciones y destruir nuestras vidas.
Es tentador aceptar sin pensar lo que sea que escuchemos; ver que suena bien, que se siente bien, que parece inocente, sin hacer preguntas cruciales:
- ¿Cuál es el mensaje real?
- ¿Es verdad?
- ¿Se alínea este pensamiento con la verdad de Dios?
Al igual que Eva, no podemos detenernos lo suficiente para evaluar lo que realmente está sucediendo. No consideramos el costo y las consecuencias de nuestras decisiones. Es dudoso que Eva hubiera tomado la decisión de desobedecer a Dios si hubiera imaginado las consecuencias horribles, dolorosas y mortales que su pecado infligiría a sí misma, a su familia, a su relación con Dios y a toda la humanidad.
Hazlo personal:
Mientras te preparas para Mujer Verdadera '18, recuerda que el Buen Pastor quien te ama dio Su vida para hacerte Suya. Pídele que abra tus ojos a Su Verdad, luego escucha y responde.
La Verdad de Hoy:
Mateo 20:32–34: “Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por vosotros? Ellos le dijeron: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron”.
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