Día 20
Palabras fragantes
“Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden” (2 Corintios 2:14-15)
Cuando estudiamos los proverbios que nos hablan de la lengua, la boca, los labios, nos volvemos más conscientes que nunca de la necesidad que tenemos que Dios vigile nuestro hablar. Mi ser natural quiere dar rienda suelta a las palabras, sin pensar en cómo afectarán a otros. Pero el Espíritu Santo me recuerda que mis palabras y vida pueden llevar el grato aroma de Cristo.
Cuando hablamos palabras de ánimo, sabias, adecuadas, y verdaderas, es por Su Asombrosa Gracia. Es porque Él nos ha abierto los ojos y el corazón a la verdad. Amo esta estrofa del himno “Sublime Gracia” de John Newton:
“Sublime gracia del Señor
Que a mí pecador salvó
Fui ciego mas hoy miro yo
Perdido y Él me amó.”
A pesar de que este devocional está pronto a concluir, nuestro camino de glorificar a Dios con nuestros labios acaba de empezar.
Que podamos comenzar a cantar y hablar alabanzas a Dios que cada día nos da el aliento, como haremos por toda la eternidad en el cielo. Que lo honremos con nuestras palabras de una forma que las personas se maravillen “Aleluya, ¡Qué Salvador!”
- ¿Cómo te ha mostrado Dios Su Sublime y Asombrosa Gracia?
- ¿Cómo pueden tener el dulce aroma de Cristo las palabras que decimos tanto para creyentes como para no creyentes a nuestro alrededor? ¿Dejan tus palabras “fragancia” a Cristo? Explica.
- ¿Cómo puede la Asombrosa Gracia de Dios ayudarnos a hablar palabras que sean de aliento, sabias, adecuadas y verdaderas?
- ¿Qué cosas específicas necesitas hacer para continuar tu camino de glorificación a Dios con tus labios?
Oración cierre devocional
¿Oh Señor, harías un trabajo en mi corazón en conexión con mi boca? Quiero ser una mujer que abre su boca con sabiduría y que habla con la ley de bondad.
Señor, no es solo lo que digo – es cómo lo digo… el tono de mi voz… el momento en que lo digo.
Oh Señor, por favor cámbiame, transfórmame, perdóname, límpiame, hazme de nuevo, guárdame, pon centinela en mi boca Oh Señor. Guarda la puerta de mis labios.
Que las palabras que salen de mi boca sean bellas y den gracia para atraer a las personas hacia el Salvador Quien es la viviente y eterna Palabra de Dios.
En el nombre de Jesús,
Amén.
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