Recibí este comentario en uno de los artículos que escribí en el blog:
«Sé que Dios nos dice que debemos estar gozosos, pero ¿por qué es una lucha constante para mí? Siento que me estoy ahogando en depresión por el mundo corrompido a mi alrededor, constantemente orando por mi esposo inconverso, mis finanzas y mi trabajo casi fracasado. Necesito oración extra».
Querida, si estás abrumada por la oscuridad en este momento, entiendo completamente tu lucha. Es una táctica común del enemigo para darnos la impresión de que él está ganando.
A veces basta con ir al centro comercial para sentir que estoy de nuevo en el pozo.
Hace unos años estaba comprando zapatos con mi hijo, cuando el monitor de una pantalla grande captó mi atención. Presentaba un video de una canción y vi a una joven que cantaba. En unos minutos, me sentí sobrecogida de compasión por ella, y las lágrimas fluían. Sí, ¡ahí mismo en la tienda de calzados junto a mi hijo adolescente!
Mientras observo lo que nuestra cultura está celebrando mi corazón se destroza.
Lloraba por la joven en la pantalla y la cosmovisión que promovía. Lloraba por una generación que celebrará y abrazará las mentiras del enemigo. Mi hijo se me acercó y me rodeó con sus brazos y me dijo, «bueno, mamá, podemos comprar en otro lugar». (Eso ocurrió hace algunos años, pero todavía, en ocasiones, bromea conmigo sobre mi «crisis nerviosa por un video musical en la tienda de calzados»).
Es correcto que lloremos.
Mira esto:
«Ríos de lágrimas vierten mis ojos, porque ellos no guardan tu ley» Salmo 119:136.
Debemos sentirnos apenadas por el pecado y la corrupción. Romanos 8:22 describe que toda la creación gime debido a la condición del mundo. Pero debemos tener el cuidado de equilibrar nuestra fe con el poder de Jesús de vencer.
Jesús gana. Nunca lo olvides. ¡Él es el Vencedor!
Creo que la clave para no ceder a la depresión, sin importar su origen, ya sea debido a problemas en el matrimonio, de salud, de finanzas o de crianza, es mantener la perspectiva correcta. Dejar que la luz de Su poderosa victoria invada tu vida cuando te sientas abrumada por la oscuridad.
La clave para tener una fe robusta y no desanimarnos es mantener la perspectiva de Hebreos 12:1-4:
«Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro, tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón. Porque todavía, en vuestra lucha contra el pecado, no habéis resistido hasta el punto de derramar sangre».
Cuando me enfoco más en la oscuridad que en la victoria de Jesús, me envuelvo en la espiral descendente hacia el pozo de la depresión. Nunca debo olvidar que Él venció y me ha llamado a vivir como vencedora también (habiéndome dado todo lo que necesito para hacerlo).
«Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.» -1ª Juan 4:4.
Queridas, perseveremos en seguir a Jesús, y observemos las evidencias tangibles de Su poder.
¿Por cuáles áreas de tu vida estás orando para ver evidencias tangibles de Su Poder?
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