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Si todavía no está a la entrada de la iglesia, probablemente aparecerá pronto: la mesa de registro para estudios bíblicos de mujeres. ¿Pasarás por ahí preguntándote si deberías apuntarte? ¿Te detendrás en la mesa, revisando el plan, preguntándote si eso es lo que Dios quiere para ti este año?
Quizá estés cuidando de una familia con pequeños, con una lista de cosas por hacer que se vuelve más larga si un par de manitas tratan de ayudar. Quizá te muestras reticente a llenar los espacios de tu calendario con extras, queriendo proteger los años fugaces de los pequeños en casa. O quizá ahora se trata de que tus padres avanzados en edad necesitan tu atención, y te preocupa mantener en equilibrio tu agenda.
O quizás el obstáculo no es tu calendario; es tu temor de ser abierta y vulnerable. Así como crecieron tus hijos lo han hecho los desafíos personales y las relaciones que enfrentas, y ahora tienes hijos mayores. Es difícil ser honesta respecto al temor, la desolación y la aflicción que enfrentas a diario.
O quizá este es el primer año que has considerado un estudio bíblico. Tal vez no era una opción o no te podías comprometer. Te sientes nerviosa e incómoda respecto a unirte; preocupada por decir algo equivocado o no saber tanto como las demás. Te preguntas si perdiste tu oportunidad hace años.
Sopesando las opciones
Cualquiera que sea tu situación o etapa de la vida, considerar un estudio bíblico de mujeres siempre te llevará a sopesar tus prioridades. Aun cuando anhelas crecer espiritualmente, en ocasiones te preguntas si la participación en un estudio bíblico de mujeres en la iglesia es la mejor manera de cultivar ese crecimiento. Te preguntas si no sería mejor simplemente estudiar la Biblia desde tu hogar, en pijama. Quizá uniéndote a un grupo de estudio por internet o algo parecido.
Mientras sopesas tus opciones, me gustaría presentarte tres cosas a considerar, junto con algunas experiencias personales:
1. Los días son largos, pero los años son cortos.
El Salmo 90:12 dice, «Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría». Al mirar hacia adelante, al final, y luego mirar hacia atrás, hay algo que ayuda a poner las cosas en perspectiva. ¿Qué tipo de esposa, mamá, hermana trabajadora, o amiga quiero ser al final de este año? ¿Y para el final de esta década? ¿Qué me va a ayudar a llegar ahí?
Desde que tengo memoria, he estado involucrada en algún tipo de grupo de estudio bíblico de mujeres. He ayudado con el liderazgo de diversas maneras: dirigiendo la alabanza, liderando un grupo pequeño, o enseñando a un grupo grande. Si me propusiera recopilar todas las horas que he dedicado a conectarme con otras mujeres alrededor de la Palabra de Dios, sería una enorme parte de mi vida.
Definitivamente hizo que otras actividades apenas cupieran en mi agenda. Por ejemplo, nunca registré a mis preescolares en programas de música o deportes. En lugar de eso, disfrutaban del programa de cuidado de niños en el estudio bíblico. Y nunca fui parte de un grupo de «noche de chicas» o un club secreto para madres.
Algunas criticarán la manera en que acomodaba nuestro calendario, dando prioridad a mi propio crecimiento por encima de las actividades para mis hijos y dejando de lado oportunidades de crecer en conjunto. Pero todas nosotras tenemos que escoger lo que añadiremos al ritmo de vida semanal. Yo escogí el estudio bíblico. Y si todas esas horas que pasé estudiando la Palabra de Dios con otras mujeres se retiraran de mi vida, creo que sería una persona completamente diferente. Y también creo que el cambio en mi vida como resultado de participar en varios estudios tiene un impacto directo en mi familia.
Así es que conforme tú y yo miramos el año siguiente acercarse, consideremos en qué tipo de mujeres nos queremos convertir. Consideremos si el unirnos a un estudio bíblico de mujeres puede ayudarnos a llegar ahí.
2. La sabiduría se va conformando en grupos.
Proverbios 13:20 dice «El que anda con sabios se hará sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño». Las personas con las que «andas» regularmente terminan cambiándote. Ellas le dan forma a tu perspectiva en la vida. Tu Biblia está llena de sabiduría, pero Dios diseñó que esa sabiduría fuese tridimensional, exhibida en la vida de otras. Bueno, no puedo prometerte que todas en tu grupo de estudio bíblico serán sabias, pero si estás buscando mujeres sabias, un estudio bíblico es un buen lugar para comenzar.
En enero pasado, una librería local de mi ciudad auspició una fiesta de lanzamiento para la publicación de mi nuevo libro. Estaba secretamente preocupada de que nadie acudiera, y tuviera que disculparme con la librería. Para mi gran deleite, ¡el lugar estaba lleno! Al presentar a varias de mis amigas, unas con otras, noté que decía algo repetidamente. «Ella es Michelle. Nos conocimos en un estudio bíblico», o ella es Kim, «es parte de mi grupo de estudio bíblico de verano».
Muchas de estas mujeres que me estaban apoyando y aplaudiendo lo habían estado haciendo desde antes de que mi libro siquiera tuviera título. De hecho, la sabiduría y verdad que pude compartir en el libro eran parcialmente permeadas por las historias, conversaciones y perspicacia que estas amigas me habían dado. Ahí estaban ellas, celebrando lo que Dios había hecho, porque son parte de mi vida.
¿Quién acudirá a tu próxima celebración? ¿Quién es parte de tu vida? ¿Tienes amigas que buscan ayuda, guía y esperanza en la Palabra de Dios? Si no es así, un estudio bíblico es una gran manera de cultivar ese tipo de amistad.
3. No se supone que la iglesia sea virtual.
Lo sé, lo sé. La iglesia no es un edificio. Y ahora, que se están formando las nuevas iglesias con múltiples locales, con frecuencia la iglesia local no está contenida en un solo edificio. Además, con frecuencia podemos «conectarnos en línea» con servicios de otras iglesias o varios grupos de estudio bíblicos. El video ya no se siente «virtual». Se siente como si estuviéramos en el mismo cuarto.
Pero, ¿eso es cierto? Tengo un amigo que dice que prefiere viajar y presentarse a los clientes en persona. Él confía en gran manera en el lenguaje corporal y los aspectos relacionales de comunicación para valorar la manera en que los clientes están recibiendo el mensaje y cómo puede servirles mejor.
Si esto es así en los negocios, quizá deberíamos dar prioridad a las relaciones sin pantalla para edificar la iglesia. No estoy diciendo que los estudios bíblicos en línea sean malos o equivocados. ¡Están supliendo la necesidad de muchas! Pero para aquellas de nosotras que podemos reunirnos físicamente, creo que deberíamos hacerlo.
Hebreos 10:24-25 dice, «consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca».
No es que no podamos animarnos y estimularnos unas a otras al amor y a las buenas obras detrás de una pantalla. Solo que es más difícil conectarse. Por ejemplo, después de que leas este post, quizá olvides mi nombre, de dónde soy y cómo me veo, lo cual no me ofenderá. Pero si eso sucediera un día después de tomar café juntas, batallaría para no tomarlo personal.
Registrarse en un estudio bíblico es el equivalente a tomar café en lugar de leer la publicación de un blog. Es más personal y es un compromiso mayor. Te implicará más tiempo y gasto de energía relacional.
Pero el éxito en la vida cristiana se logra como grupo, no solo individualmente.
Si estoy por mi cuenta, me desanimo rápidamente, me engaño y me distraigo. Pero cuando mi grupo se reúne para avivar la fe de unas a otras, recordarnos la verdad, y oramos juntas por nuestras luchas, es como una reorientación semanal. Salgo de ahí pensando, ¡Pero claro, por esto es que Dios me dio vida! Y así es como se supone que la viva.
Obviamente, tú y el Señor necesitan planificar tu calendario. Pero si el Señor te abre un espacio para que te reúnas con otras mujeres que quieren seguir a Jesús y ayudarte a mantener tus ojos en Cristo, no se me ocurre otro compromiso que valga más la pena.
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