¡Cuánto amo tu ley! - Salmos 119:49-56

En nuestro recorrido por el Salmo 119 hemos podido ver la importancia de atesorar la Palabra de Dios y contemplar su belleza.

Hoy veremos desde el versículo 49 hasta el 56:

49 Acuérdate de la palabra dada a tu siervo,
en la cual me has hecho esperar.
50 Este es mi consuelo en la aflicción:
que tu palabra me ha vivificado.
51 Los soberbios me insultaron en gran manera,
sin embargo, no me he apartado de tu ley.
52 Me acuerdo de tus ordenanzas antiguas, oh Señor,
y me consuelo.
53 Profunda indignación se ha apoderado de mí por causa de los impíos
que abandonan tu ley.
54 Cánticos para mí son tus estatutos
en la casa de mi peregrinación.
55 Por la noche me acuerdo de tu nombre, oh Señor,
y guardo tu ley.
56 Esto se ha hecho parte de mí:
guardar tus preceptos. Salmos 119:49-56 (LBLA)

 Esta porción está llena de esperanza, aquella que proviene sólo de la seguridad que hay en Dios. 

Las promesas de Dios son sí y amén (2 Corintios 1:20) no debemos dudar de  Su respuesta mientras Él en su plan perfecto nos hace esperar.

Y aún en los momentos de aflicción y de intensa prueba tenemos un glorioso consuelo y es que hay vida en Su Palabra. Esto le da una nueva perspectiva al salmista porque él ha visto como la ley de Dios lo ha llenado de vida cuando sentía morir. 

Mientras él era insultado por los soberbios se mantuvo firme y no se apartó de la Su Palabra, lo que Dios pensaba de él era mas importante que las necias palabras de sus burladores; su confianza estaba en la Roca inconmovible. Su corazón se llenaba de indignación al ver como los impíos abandonaban la ley de Dios, su amor por ella era tal que esto era un acto ofensivo para él.

En medio de todo esto, aflicción, insultos en labios de soberbios, indignación, él opta por cantar las verdades de Dios, él sabe que esta tierra no es su hogar así que eleva cánticos saturados de Sus promesas como el que está de camino a su morada eterna. Y aún en la oscuridad de la noche recuerda el Nombre del Señor, uno que es sobre todo nombre

18 Mi oraciónes que los ojos de vuestro corazón sean  iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,  y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, 20 el cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales, 21 muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero. Efesios 1:18-21 (LBLA)

Preguntas para reflexionar:

¿Mientras esperas en Dios hay esperanza en tu corazón por las promesas de Dios?

¿Encuentras vida en Su Palabra cuando estás pasando por aflicción?

¿Confías plenamente en que las promesas de Dios son seguras?

¿Cuando eres rechazado o insultado por tu fe, ¿cuál es tu reacción?

¿Al ver cómo los impíos se apartan de la ley de Dios tu corazón se queda indiferente o hay dentro de ti un celo por su verdad?

¿En medio de dificultades, lloras o cantas? ¿De dónde provienen las letras de tus canciones? ¿De la Palabra de Dios?

Al momento de ir a dormir, ¿recuerdas los nombres de tus problemas o el Nombre que es sobre todo nombre?

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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Sobre el autor

Betsy Gómez

Betsy Gómez tiene una gran pasión por inspirar a otras mujeres a atesorar a Cristo en lo ordinario de la vida. Nació en la República Dominicana, y ahora vive en Irving, Texas, donde su esposo, Moisés, sirve como pastor hispano … leer más …


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