Creciendo en agradecimiento | Parte 4

La gratitud y la humildad

«Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes”. Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo, purifiquen sus corazones. Aflíjanse, laméntense y lloren. Que su risa se convierta en lamento y su gozo en tristeza. Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará». -Santiago 4:6-10

La gratitud es la manifestación de un corazón humilde, tan cierto como que un espíritu desagradecido y quejoso proviene de un corazón orgulloso.

Las personas orgullosas regularmente solo piensan en sí mismas. Si las personas o circunstancias no les agradan o no les satisfacen, tienden a quejarse o resentirse.

Una persona humilde piensa más en Dios y en los demás antes que en sí misma. Esta persona reconoce que todo lo que tiene es más de lo que merece. No siente que nadie le debe nada. No siente que tiene derecho a tener más, que la vida sea más fácil o que todos la amen y traten bien. Está agradecida hasta por el más pequeño acto de bondad que recibe, pues sabe que es más de lo que merece.

Haz una lista de todas las cosas por las que te has «quejado» recientemente. Considera cómo esas quejas en realidad son evidencia de orgullo, de sentirte merecedora y de tener una falsa expectativa.

Siéntate en silencio hoy delante del Señor. Confiesa todo orgullo que se haya manifestado a través de la queja, irritabilidad, enojo o resentimiento, en lugar de dar gracias. Humildemente dile al Señor que no te mereces ninguno de Sus favores y agradécele por cualquier bendición específica reciente que Él traiga a tu mente.

La gratitud y la generosidad

«Pero esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra.Como está escrito: “Él esparció, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre”. Y el que suministra semilla al sembrador y pan para su alimento, suplirá y multiplicará la siembra de ustedes y aumentará la cosecha de su justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual por medio de nosotros produce acción de gracias a Dios.Porque la ministración de este servicio no solo suple con plenitud lo que falta a los santos, sino que también sobreabunda a través de muchas acciones de gracias a Dios.Por la prueba dada por esta ministración, glorificarán a Dios por la obediencia de ustedes a la confesión del evangelio de Cristo, y por la liberalidad de su contribución para ellos y para todos. Ellos, a su vez, mediante la oración a favor de ustedes, también les demuestran su anhelo debido a la sobreabundante gracia de Dios en ustedes.¡Gracias a Dios por Su don inefable!». -2 Corintios 9:6-15

Donde crece la gratitud generalmente encontrarás que también florece la generosidad. Sin duda alguna, la generosidad es la cualidad más antinatural que existe. Es decir, en la actualidad nos encontramos en una de las épocas más arriesgadas, efímeras y peligrosas que cualquier otra que recordemos, donde la sabiduría secular nos enseña que no es tiempo de ser desprendidos con nuestro dinero y nuestros recursos.

Sin embargo, sorprendentemente, Pablo no manifestó ninguna preocupación por los indicadores económicos cuando les aconsejó a los cristianos de la iglesia de Corinto que la generosidad estuviera entre las expresiones más notables de su gratitud. Su confianza en la provisión de Dios era tan fuerte que consideraba una «obviedad» el hecho de que los miembros de la iglesia serían enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce acción de gracias a Dios (v.11), y Dios puede hacer que toda gracia abunde a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra (v. 8).

En todo. Siempre. Aun en estos tiempos. Las personas agradecidas son personas generosas.

¿Cuáles actos de generosidad podrían estar incentivando la gratitud en tu vida actualmente? Pídele a Dios sabiduría y fe, y luego sigue la guía del Espíritu Santo en cuanto a tu manera de dar.

Padre Celestial, a menudo mi actitud más común es la de orgullo. Perdóname por estar tan enfocada en mi misma y fija mi corazón en Ti y en los demás. Ayúdame a pensar poco en y acerca de mí misma de manera que haya lugar para Ti y las personas que has puesto a mi alrededor. Dame una actitud de gratitud y enséñame a ser rápida en dar gracias por todo. Muéstrame, también, cómo puedo expresar mi gratitud y Tu bondad mediante actos de generosidad hoy. Ayúdame a no aferrarme a mi tiempo, mis recursos y mis posesiones de manera que pueda darlos libremente para bendecir a otros en necesidad. Decido confiar en Ti para suplir todas mis necesidades de manera que yo pueda suplir las necesidades de los demás, para Tu Nombre y para Tu gloria. 

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Sobre el autor

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor … leer más …


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