Gratitud en casa
1 Timoteo 5:8 Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
2 Timoteo 1:3-5 Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones, deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría. Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
2 Timoteo 3:14-15 Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
El carácter piadoso en cada área de nuestra vida se refleja dentro de las cuatro paredes de nuestra casa. No podemos decir que amamos a Dios y no manifestar Su amor a nuestra familia o permitir que la amargura habite en nuestros corazones hacia ellos. En general, no elegimos a nuestros familiares como podemos hacerlo con los “amigos”. Sin embargo, somos llamados a amar y cuidar por aquellos que pertenecen a nuestra familia, a pesar de sus personalidades, sus idiosincrasias, o sus debilidades de carácter. ¡Y eso no siempre es fácil!
Hoy, expresa gratitud por y hacia tus familiares. Haz una lista de cada miembro de tu familia inmediata. Al lado de cada nombre escribe una cualidad de su vida por la que estés particularmente agradecida.
Toma tiempo para agradecer a Dios por cada miembro de la familia que Él te ha dado. Selecciona uno o dos de tu lista a quien le puedas expresar tu agradecimiento hoy, ya sea en persona, por teléfono o con una nota o correo electrónico. (Nota: Puede que quieras expresar gratitud al familiar que ha sido especialmente difícil de amar).
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