Cantar y dar gracias
SALMO 30
“1Te ensalzaré, oh SEÑOR, porque me has elevado, y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
2Oh SEÑOR, Dios mío, a ti pedí auxilio y me sanaste.
3Oh SEÑOR, has sacado mi alma del Seol; me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.
4Cantad alabanzas al SEÑOR, vosotros sus santos, y alabad su santo nombre.
5Porque su ira es sólo por un momento, pero su favor es por toda una vida; el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
6Y en mi prosperidad yo dije: Jamás seré conmovido.
7Oh SEÑOR, con tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte; tú escondiste tu rostro, fui conturbado.
8A ti, oh SEÑOR, clamé, y al Señor dirigí mi súplica:
9¿Qué provecho hay en mi sangre si desciendo al sepulcro? ¿Acaso te alabará el polvo? ¿Anunciará tu fidelidad?
10Escucha, oh SEÑOR, y ten piedad de mí; oh SEÑOR, sé tú mi socorro.
11Tú has cambiado mi lamento en danza; has desatado mi cilicio y me has ceñido de alegría;
12para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios mío, te alabaré por siempre.”
La palabra “cantad” está en la Biblia unas cien veces- en más de sesenta ocasiones está en el libro de los Salmos. Los versos 4 y 12 del pasaje de hoy unen el canto con la acción de gracias. En las Escrituras encontramos numerosos ejemplos del poderoso efecto que tiene la alabanza a través de la música.
Cuando hablo con mujeres que están luchando con el desaliento o la depresión crónica, frecuentemente les pregunto: (1) ¿Estás memorizando las Escrituras? Y (2) ¿Estás cantándole al Señor? Estas no son “pastillas” mágicas que harán que toda lucha emocional se disipe, pero he encontrado que estos dos medios de la gracia son extremadamente eficaces para reafirmar mi corazón y restaurar mi paz interior. En momentos cuando estoy tremendamente perturbada o desalentada, abro mi himnario y comienzo a cantar. Cuando canto al Señor, mi corazón y mente se vuelven a aferrar a Su bondad y amor, e invariablemente la nube comienza a retirarse.
Ya sea que tu corazón tenga un día nublado o soleado, ¡CANTA! Ahora mismo, si es posible. Pon un CD o tu iPod y canta con otros, o cántale a solas a Él.
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