Mi nombre es Rocío Valencia de Rojas, nací en la ciudad de Chihuahua, México. Conocí a Cristo a la edad de 10 años, y a los 12 sentí un llamado a ministrar en la alabanza de mi Iglesia cantando y tocando la guitarra.
Tuve una vida de servicio, siempre estaba dispuesta a ir a donde se me requería para ministrar con cantos, en la Iglesia, campañas, eventos, etc.
Conocí en la Iglesia a mi esposo Oscar Rojas y en 1997 nos casamos. Tenemos 3 hijos, y mi ritmo de servicio fue siempre igual. Mi esposo nunca me lo impidió.
Yo me sentía una mujer muy espiritual, y siempre le decía a mi esposo lo que había que hacer y qué decisiones tomar. Yo no quería seguir, ni apoyar a mi esposo en sus decisiones y todo esto lo disfrazaba con una apariencia de piedad. A la vista de las personas que me rodeaban, yo era una buena esposa y madre, y siempre fui un “ejemplo” a seguir.
En el año 2011 Dios habló a mi vida día a día, y en Julio de ese año estando en mi casa encendí la radio y estaban anunciando el programa de AVIVA NUESTROS CORAZONES. Cuando lo escuche ¡Dios me habló! Realmente fue El, me enfrentó a mi pecado y fue algo increíble. Fue con la serie de Proverbios 31. El Señor hablaba a mi corazón siempre y me di cuenta que había pecado contra El, al no cumplir con mi rol de esposa y madre. Cada día era quebrantada. Por medio de Su palabra El me estaba limpiando, me recordaba cosas que yo había hecho y que no me daba cuenta de que eran pecado. Algunas de ellas era el menospreciar a mi esposo, descuidar a mis hijos, el orgullo que había en mi ser. Luego vi como había descuidado mi casa, pues mi corazón amaba más el ministerio.
Dios me habló en Tito 2:4, sobre todas las áreas que yo necesitaba cambiar. Cuando vi que la palabra de Dios había sido blasfemada por mi culpa, sentí un dolor muy fuerte en mi corazón, una venda cayo de mis ojos, fui quebrantada, Dios fue muy claro conmigo y me pidió que dejara el ministerio, y que me dedicara a mi mayor ministerio. Entendí que fui diseñada para ser ayuda idónea de mi esposo, y que tenía el privilegio de tener a cargo a 3 hermosos hijos. Al principio no fue fácil, pero le dije: Aquí estoy Señor, quiero hacer tu voluntad, por mucho tiempo me he resistido, ¡ayúdame!
¡Todo él año 2012 fue un proceso de restauración de nuestra familia! Dios siguió limpiándonos y quebrantándonos, mostrándonos su hermoso diseño, tanto a mí, como a mi esposo, es algo maravilloso!
He estado compartiendo los programas con otras mujeres y he visto como Dios ha estado trabajando en sus corazones. Tengo un fuerte deseo de que otras mujeres puedan recibir este hermoso mensaje del Señor para que sean avivados los corazones, y volver a Su diseño perfecto.
Doy gracias a Dios por la hermana Nancy Leigh DeMoss y todo su equipo, por nuestros hermanos en República Dominicana que hacen posible la producción de los programas en Español. Por la hermana Norma Najera aquí en Chihuahua, que ha sido una gran bendición para mi vida en este proceso. Estoy muy agradecida de ver la obra de Dios en tantas mujeres. Mi esposo es parte del equipo de traductores de los programas, ¡quién iba a pensarlo!!!! ¡DIOS ES BUENO!!!!!!
¡Quiero ser una embajadora de este hermoso ministerio, con todo mi corazón!!!....¡Bendiciones en Cristo Jesús.
Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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