Me llamo María Elena Bonilla, vivo en Guatemala. Tengo la bendición de estar casada con Roberto Lorenzana y la dicha de tener dos hijos, José Roberto y María Sofía de 11 y 9 años.
Conocí a Aviva Nuestros Corazones a través de la página de Facebook de la Iglesia Bautista Internacional cuando se anunciaban las transmisiones en español del programa de Nancy Leigh DeMoss. La primera serie que escuché fue una sobre Isaías 40; desde entonces en cada una de las series que he seguido, el Señor ha hablado a mi corazón, permitiéndome conocer aspectos de Él que no conocía y he sido confrontada muchas veces con cosas que nunca creí que estuvieran mal.
He aprendido que si quiero tener una relación íntima con el Señor debo ser intencional en ello; a veces en las actividades del día me doy cuenta que no he podido tener un momento a solas con Él, pero entendí que no puedo esperar a que ese momento aparezca mágicamente, debe ser algo que yo provoque, debo buscarlo y esa debe ser mi prioridad.
Creo que el aspecto donde el Señor ha trabajado más conmigo es en mi rol como esposa. He entendido sobre la verdadera sumisión y no esa idea tergiversada que nos muestra nuestra cultura. Entendí que mi relación con mi esposo es un reflejo para el mundo de la relación de Cristo con su novia, la iglesia, y eso es tan importante que me hace darme cuenta que no se trata de mí, produce un anhelo interno de llegar a ser esa mujer que Él desea que yo sea, no la que la cultura me empuja a ser, sino aquella que su palabra me enseña. Comprendí que esa es una tarea que nunca podré realizar en mis propias fuerzas, que necesito que día a día el Espíritu Santo transforme mi carácter, me llene de la gracia necesaria y me recuerde que mi matrimonio no se trata de satisfacerme a mí sino de glorificarlo a Él.
También he crecido en mi relación con mis hijos y sé que cada cosa que quiera sembrar en ellos debe de ser vivida primero en mí. Últimamente me ha llevado al entendimiento que si he sido bendecida con tanto recurso, Él desea que yo lo comparta y me tome en serio su llamado a discipular como dice Su Palabra en Tito 2, así que decidí contactar a Aviva Nuestros Corazones porque ha sido de tanta bendición en mi vida que pensé en contar con su consejo sobre el material disponible para poder usarlo con mujeres de mi familia y de mi iglesia.
He encontrado en Aviva Nuestros Corazones un grupo de hermanas tan generoso en cuanto a sus recursos y tan comprometidas con predicar la verdad de Dios acerca de nosotras las mujeres, que a pesar de estar tan lejos físicamente, compartimos un mismo sentir y eso en realidad nos hace estar muy cerca. Así que empecé a compartir el material con mi mamá al principio y juntas nos enriquecíamos con lo que íbamos aprendiendo, también lo compartí con amigas y familia, hermanas de la iglesia y con la esposa de mi pastor, creo que siempre hay mucho más por hacer pero entiendo que poco a poco el Señor ha abierto el camino para que aquello que estoy aprendiendo pueda transformar mi pensamiento primero y luego ese conocimiento pueda estar al servicio de su obra. La Gloria sea solo a Él, por sus planes para mi vida.
Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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