Tiendo a enfocarme en lo urgente, en los pendientes, en las cosas por hacer… ¿te ha pasado? Cuando esto sucede, ponemos en juego nuestro crecimiento espiritual, pues nos dedicamos a las actividades en lugar de la relación con Dios.
Antes de iniciar un año cronológico o de edad, generalmente le pregunto al Señor meditando en lo que pide de mí, hacia dónde me dirige el siguiente año (si me presta la vida. Quiero estar enfocada.
En ocasiones, Él me guía con mucha claridad, en otras, siento como si guardara profundo silencio. Sea uno u otro, siempre voy a la Palabra, incluyo peticiones de mi corazón, temas específicos y en conjunto lo tomo como enfoque para el año. No estoy diciendo que esto deba ser una práctica de todas, solo que para mí resulta útil tener una meta para iniciar enfocada en Dios y estar atenta a Su obra en mí.
La guía para este año fue muy clara, el 2016 sería: Un año de Oración. Mi esposo y yo lo platicamos y hemos ido viendo cómo todo a nuestro alrededor se trata y nos empuja a ello: estudios que iniciamos, en la iglesia, el grupo de mujeres, libros e incluso a través del ministerio Aviva Nuestros Corazones y otros, todos con ese mismo sentir. Imagina mi sorpresa al saber que la conferencia de este año de True Woman ‘16 es ¡Clama!, y el énfasis que se dio a la oración en #TGCW16; así orquesta el Señor las cosas y guía nuestros pasos, no tan solo individualmente, sino como cuerpo. ¿Será porque nos enfocamos más en “hacer” que en la comunión con Él? Él conoce los tiempos y lo que más necesitamos.
El año ha estado repleto de circunstancias duras, extremas, llenas de cambios drásticos y varios retos. Muchos de los cuales nos llevan al límite y afortunadamente no hay a donde ir, sino a Él, en clamor y oración.
He visto claramente las respuestas a muchas de mis oraciones, mientras que otras, parecen no respondidas. Lo importante de orar es buscar comunión, relación con Dios y no solamente respuestas. Por nuestro egoísmo hacemos de la oración algo que gire en torno a nosotras, siendo que se trata de Él.
No deseo que solo este año se trate de enfocarme en la oración, ¡sino cada uno de los que viva! Es una instrucción clara que tenemos en la Palabra. Como creyentes debemos dedicarnos a orar SIEMPRE (Ro 12:12) (1 Ts. 5:17).
Es maravilloso que Dios quiera tener comunión con nosotras. Él puede provocarnos el deseo de hablar con Él, ¡pidámoslo!, pues, así como Su amor es mucho más grande que el nuestro, así lo es Su interés de que tengamos comunión con Él. Si no nos resulta natural o si no anhelamos orar, ¡pidámosle Su auxilio!
Podemos confiar en que Dios siempre nos escucha Sal 6:9, 102:17, Pr. 15:29, El escucha a los justos y menesterosos, está atento, cercano, considera, no desprecia las plegarias. Muchas personas quizá no quieran escucharte, pero Él Creador de todo sí, ¡wao!
Te invito a avivar tu vida de oración. Preguntémonos:
¿CÓMO ORAR?
Con entendimiento. Entonces ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento…1 Co. 14:15
En el nombre de Jesús. Agradecidas por Su obra terminada, no como si fuera algo más que realizar para “comprar el acceso” u “obtener puntos” con Él sino como un hermoso medio de comunión.
Con la Palabra. “Una vida rica en oración es imposible sin soledad, pero también es imposible sin la Palabra de Dios”. Tomar los Salmos como guía, leer un versículo y orar, hacer las palabras tuyas, personalizarlo y hablar con el Señor es una manera de orar conforme a Su corazón. Puedes leer el libro “Orando la Biblia” de Donald Whitney, que contiene ejemplos prácticos.
Con fe. Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mt 22:21. E incluso ayunando. Mt 17:21.
Enfocándonos principalmente en Él y en los demás. No se nos dificulta centrarnos en nosotras, debemos enfocarnos en las necesidades de los demás, ser sensibles a sus dificultades, necesidades y pruebas, como Pablo hacía por Timoteo. 2 Ti .1:3.
Perseverando con diligencia. Presentar todo ante Dios, con todo el corazón, constantemente, intencionalmente.
Siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Con pasión, persistencia e incluso agonía. Él fue la personificación misma de la perseverancia en la oración en medio del dolor (Heb. 5:7) así le tomara toda la noche (Lc. 6:12), en medio de angustia la intensificaba (Lc. 22:41, 42, 44). Ese es el estándar.
En el Espíritu. Ef. 6:18, Jud. 20. Conforme a Su voluntad y naturaleza, una oración de gracia y súplica (Zacarías 12:10) siempre de acuerdo con Él. (Ro 8:26, 27).
Haciéndolo íntimo, personal. No es necesario proclamar cuándo ni cuánto se ora. (Mt 6:6). Aunque la oración corporativa es importante, no necesitas esperar una convocatoria, pero cuando haya una, participa (Clama16). Dios hace cosas sorprendentes cuando 2 o 3 se ponen de acuerdo.
Con respeto, reverencia y humildad. Debemos recordar quién es Él y quiénes somos nosotras y jamás perder el asombro reverente ante Su presencia.
Con confianza. Heb. 4:16. Sabiendo que en Él encontraremos gracia y ayuda.
¡Cultivemos nuestra comunión e intimidad con Dios a través de la oración y la lectura de su Palabra! La vida cristiana no se trata de leer por leer, ni de sólo llenar la mente de conocimientos, tampoco de movernos por sentimientos, ni de hablar sin sentido. ¡Anhelémosle con todo lo que somos! Te invito a escuchar la Serie “El Padre Nuestro” para aprender y crecer más en oración.
Busquemos crecer y madurar en nuestra comunión con Dios para vivir en Su luz y Su verdad. Expresemos cada día nuestra gratitud por Su grandeza y misericordia. Tengamos presente el gran privilegio que es dirigir nuestra voz al Creador de todo, tener acceso al Eterno, al Rey de reyes: ¡Oremos!
Día 19. Haz el Viaje de los 30 días a través del Manifiesto de una Mujer Verdadera, a la vez que, con diligencia y pasión, oras para conocer y amar más a Dios.
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