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¿Cómo puedes incorporar la gracia de Dios al revisar tus resoluciones del año?

¿Te has puesto a pensar que tener una visión «nublada» de quién es Dios da como resultado malentender quién es Él? En otras palabras, un error teológico puede provocar una interpretación errada de tu vida y circunstancias, de ahí la importancia de acercarte y conocer más del Dios en quien dices creer.

Sabemos que de este lado de la eternidad no podremos acercarnos ni un poco a la perfección de Cristo y eso, mi hermana, es una maravillosa noticia porque nos hace depender de la gracia de Dios durante todo nuestro camino terrenal.

Dentro de la iglesia hemos escuchado muchas veces el término «gracia», quizás nos sabemos el significado de memoria: «un regalo inmerecido de Dios» pero, a esta definición le falta algo importante, Elyse Fitzpatrick en su libro «Venciendo el temor, la preocupación y la ansiedad» (libro que te recomiendo ampliamente) agrega algo clave: «la gracia es un favor inmerecido de Dios para aquellos que merecen solo Su ira» (Ef. 2:8-9). Fuertes declaraciones ¿verdad?

Por alguna razón creemos que la gracia de Dios es exclusiva del momento en que somos hechos salvos por gracia, pero déjame decirte que no es así (gracias a Dios), la realidad es que vemos manifestaciones de la gracia de Dios a lo largo de toda nuestra vida y es ahí en dónde podremos ver y entender que no se trata de nuestro rendimiento, talentos, dones, inteligencia, etc.

Y justo a este punto quería llegar. Empieza un año nuevo con nuevas resoluciones, seguro tienes muchos planes para ti, tu familia, la iglesia, pero no debes olvidar incorporar la gracia de Dios a cada uno de ellos; si no lo haces pronto, te frustrarás y desanimarás pensando en no das el ancho, que alguien más pudiera hacerlo mejor que tú, entre otras cosas. 

Vamos a ponernos un poco prácticas, escoge tus 3 primeras resoluciones, planes o metas que quieres cumplir este año. ¿Lista? Ahora vamos a reenfocarlas (de ser necesario) vamos a verlas a través de un «lente espiritual»:

  • Reconoce tu dependencia de Dios

«Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas». -Proverbios 3:5-6

Cuando hacemos resoluciones para el año, es fácil caer en la tentación de confiar únicamente en nuestras habilidades, planes y esfuerzos. Sin embargo, la Biblia nos recuerda constantemente que debemos reconocer nuestra dependencia de Dios. Él es quien nos da la fuerza y la capacidad para alcanzar nuestras metas, y sin Él, nada podemos hacer. Es fundamental, que nuestras resoluciones no se basen solo en lo que creemos poder lograr, sino en lo que Dios puede hacer en y a través de nosotras.

  • No creas la mentira de que tu pasado te define

«Y Él me ha dicho: “Te basta Mi gracia, pues Mipoder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí». -2 Corintios 12:9 

Al mirar atrás, no te enfoques en tus éxitos o fracasos, abraza la gracia que Dios te ha mostrado a lo largo de tu vida. Cuando seas humilde y puedas notar Su favor, también podrás reconocer tus limitaciones y la gran misericordia que Dios te ha concedido. No debemos permitir que el pecado del pasado nos defina, pero tampoco nuestros aparentes éxitos, ambos deben estar bajo la lupa de la gracia. 

  • Pide sabiduría a tu Padre

«Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada». -Santiago 1:5

Si al establecer nuevas resoluciones, planes o metas no buscaste la guía de Dios en oración, debes ponerte un alto y replantearlas. Pide a Dios que te dé la sabiduría para tomar decisiones o hacer planes que reflejen Su amor y que estén enfocados al Reino. No quiero decir que cada meta debe sonar a algo que harías un domingo por la mañana, todo lo espiritual es práctico; estar determinada a alimentarte mejor o hacer ejercicio, es el resultado de entender que somos mayordomos y que nuestro propósito terrenal no solo es cuidar de nuestro cuerpo, sino extender el reino de Dios.

  • Escoge crecer espiritualmente

«Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes». -Romanos 12:1

Tus resoluciones no solo son metas personales, mi amada, cada momento en tu vida es una oportunidad para profundizar en relacionarte con el Dios de la creación. Si bien cada resolución no necesariamente es «espiritual», considera que siempre puedes mejorar tu vida de oración, puedes servir a otros o practicar la gratitud y el perdón de forma intencional. Observa cómo Pablo dice que el cuerpo se presenta como resultado del culto racional a Dios, de manera integral nos moldeamos a la voluntad del Padre en la totalidad de áreas de nuestra vida

  • Acepta tus fracasos

«Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad». -1 Juan 1:8-9

No somos perfectas ni cumpliremos todo a cabalidad, pero recuerda que la gracia de Dios está disponible para levantarte, perdonarte y ayudarte a seguir adelante. Los fracasos no definen tu valor ante Dios; Él te extiende Su amor y te ofrece nueva oportunidad cada mañana. Mantener esta verdad clara te mantendrá enseñable, y te enfoca en el hecho de que Él es digno y nosotras en todo momento necesitadas. 

  • Practica la gratitud

«Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús». – 1 Tesalonicenses 5:18

A medida que defines y revisas tus resoluciones, es crucial mantener una actitud de gratitud hacia Dios por lo que ha hecho en tu vida, y confiar en Su fidelidad para guiarte a lo largo del año. Aun cuando enfrentes dificultades, puedes confiar en que Él está contigo en todo momento y que tiene un plan perfecto para ti. La gratitud nos ayuda a mantenernos enfocadas en lo que Dios ha hecho por nosotras y en lo que Él continuará haciendo en el futuro.

Tener una perspectiva doctrinalmente correcta no puede estar separada de tener una práctica correcta; una es resultado de la otra. Lo bíblico siempre es práctico y lo espiritual impacta lo cotidiano

En resumen, incorporar la gracia de Dios en nuestras resoluciones no solo transforma nuestra perspectiva, sino que nos permite vivir el año nuevo con una fe más profunda y un corazón agradecido. Al reconocer nuestra dependencia de Dios, pedir sabiduría, aceptar nuestras debilidades con humildad, ver nuestras metas como una oportunidad para crecer espiritualmente, aceptar los fracasos con gracia y confiar en Su fidelidad, podemos vivir de una manera que glorifique a Dios en todo lo que hacemos.

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Sobre el autor

Valeria Arredondo

Valeria Arredondo originaria de la Ciudad de México, es licenciada en Derecho y tiene un Certificado Avanzado de estudios ministeriales por South Western Baptist Theological Seminary, actualmente ha comenzado el proceso de certificación de Consejería Bíblica por ACBC; tiene una … leer más …


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