Hace más de 10 años me detuve a leer el capítulo 7 del libro de Proverbios en detalle. En ese momento pensé que la mujer descrita allí era una impía, así que seguí leyendo. Pasados unos meses, una amiga me regaló un libro que trataba acerca de ese mismo texto. Me dijo que lo escogió porque vio a la autora en una conferencia para mujeres y le recordó a mi persona. El libro al que me refiero se llama “Chicas sabias en un mundo salvaje”, y en ese momento pensé que ella me estaba diciendo “salvaje”… ¿a mí? ¿Cómo es posible? Pensé, ¡Esta amiga mía está loca!-. Lo más sorprendente fue saber por qué: -Es por tu conducta salvaje- me señaló. -Siempre expones tus ideas con tanta franqueza y agresividad que llega un momento en que uno dice -¡Detente, cálmate!-. Y en cuanto al tema opuesto, que es la gracia, pues creo que te falta un buen camino por recorrer-.
¡Mi cara en ese momento fue un poema! ¿Cómo era posible que me dijera que yo era así? Lo que yo consideraba una excelente cualidad en mí, ¿ahora resulta ser toda una desventaja, una “salvajada”? Y por si fuera poco, ella añadió: -¡Ah y te falta ser enseñable, y en tu forma de hablar te falta gracia y compasión!-. Pues bien, puedes imaginarte que yo no estaba muy entusiasmada luego de escuchar todo eso. Pero esas supuestas actitudes fueron las que me hicieron comenzar a leer aquel libro. ¡No era posible que yo fuera así! Le di las gracias por el libro a mi amiga, y me dispuse a leerlo. Antes, investigué sobre la autora y para mi sorpresa, la encontré bastante a la moda y divertida. Tengo que admitir que me cayó muy bien.
Debo confesar que inicié el libro con la misma actitud de proverbios 7, suponiendo que “YO” no tenía nada de lo allí expuesto. En realidad mi deseo era leer el libro y poder exponerlo en un estudio bíblico con las jóvenes que entendía “necesitaban” oír de este tema. Me encanta cómo Dios utiliza todo, hasta nuestros prejuicios, orgullos, y demás imperfecciones para mostrarnos lo que realmente hay en nuestro corazón. Ciertamente, Dios me dio el privilegio de compartir este libro con mujeres jóvenes… ¡7 años después! En ese tiempo Dios trabajaría en mi vida a través de las verdades expuestas en el capítulo 7 de Proverbios, desglosadas en “Chicas sabias en un mundo salvaje”.
Me vi reflejada en ese libro. Vi mi corazón expuesto y lo mucho que tenía que dejar atrás y confesar a Dios. Y si bien es cierto que mi deseo de querer hacer un estudio de este libro era “bueno”, esto no ocurrió hasta que Dios me preparó un poco más.
Cuando finalmente Dios permitió que hiciera el estudio, deseaba un grupo de cierta edad “idónea”, pero Dios tenía otros planes. El grupo fue bastante divertido sin ser lo que pensé. Las edades variaban, pero en su mayoría eran jovencitas de entre 14 y 16 años. Las veía como “muy niñas”, pero fue el grupo que Dios quiso, y cuán bendecida he sido al haber compartido con ellas. ¡Cuánto aprendí! Cuán confrontada fui y qué bendición compartir con ellas cómo yo era a su edad. Compartí mis errores, mis “salvajadas”, y mis luchas actuales. Hablamos de los retos que ellas también enfrentan hoy en día, retos que son mayores que los que yo misma viví.
Han pasado 5 años y lo que inició como un simple estudio de un libro, se convirtió en una mentoría. Hoy en día esas chichas ya están en la universidad, algunas estudiando maestrías y otras ya trabajando. ¡Wow! Cuántas gracias doy a Dios por la oportunidad de haber invertido en esas vidas, de ver cómo usó Dios a una “mujer salvaje” para poder ser de ejemplo y testimonio a otras jóvenes.
Nunca estamos completamente listas, ni tampoco somos lo suficientemente sabias como para no aprender y escudriñar nuestras actitudes, corazones y deseos para poder rendirnos a Dios, clamar a Él y vivir vidas que le glorifiquen.
Te animo a leer este libro desde dos perspectivas diferentes. Primero, léelo para sacar a la luz tus “áreas salvajes” (áreas que no estás viviendo sabiamente de acuerdo a la Palabra) y poder así rendirlas a Dios. Segundo, léelo para caminar y crecer junto a mujeres más jóvenes, pensando que a su vez ellas impacten a otras.
Si eres mamá de una adolescente, este libro es genial para ti. No solo te da la oportunidad de instruir a tu hija, sino de profundizar en su relación. Con este material podrás hacer actividades divertidas con tu hija, tener tiempos de calidad de madre e hija y crear un vínculo. Puede servir de puente entre ti y tu hija.
Este estudio también es excelente para un grupo pequeño en la iglesia. Doy gracias a Dios por materiales como este libro, ya que nos proveen un amplio campo de estudio de la Palabra que no solo se limita a las jóvenes o solteras, sino que aplica para todas las edades y etapas de vida. Es mi oración que tú puedas ser impactada como yo lo fui y aún lo sigo siendo.
Retomando la historia de mi amiga, cuando volví a hablar con ella sobre el libro me testificó que ha visto la mano de Dios moldeándome en este tiempo. ¡Gloria sea a su nombre! Llegamos a la conclusión que siempre estaremos descubriendo cosas en nuestras vidas, en nuestro corazón--cómo nos dejamos envolver de tantas artimañas que nos presenta el mundo sin darnos cuenta.
Es mi oración que Dios pueda usar este libro y sus enseñanzas para mostrarte aquellas áreas de tu vida que necesitan la obra de Jesucristo, y que a su vez puedas compartir con otras sin miedo de ser vulnerable. ¡No pierdas la oportunidad de bendecir a otras!
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