Cartas de mi mentora | ¿Cuándo llegará mi “príncipe”?

Una de las luchas que enfrentamos como solteras que anhelan el matrimonio es saber si algún día veremos ese sueño realizado y cuándo. Uso el término "príncipe" por la idea popular de la llegada del famoso "Príncipe Azul", pero para nada quiero hacer alusión con esto a vivir una vida de fantasía y felices por siempre. Aunque tengo claro que el matrimonio es la unión de dos pecadores sostenidos por la gracia de Dios, a veces lo anhelo tanto que pierdo el enfoque. Hoy les comparto las cartas de mi mentora destinadas a este tema y otra pequeña luchita que se esconde tras la grande y es nuestro deseo de sentirnos amadas —quizás eso solo me pase a mí....—.

¿Cuándo llegará mi "príncipe"?

Bueh... no hay mucho que pueda decir a esto sino que Dios es soberano, y tus tiempos están en Sus manos… ¡Es todo! Duele porque meditas en eso y le das más valor del que realmente tiene... que llegue cuando llegue… y será bienvenido—siempre y cuando sea el que Dios quiera para ti.

La realidad es que todos, de este lado de la eternidad, tenemos 'unfulfilled longings'.. anhelos insatisfechos; si no es una cosa es otra.  Este hecho solo nos recuerda que de este lado del cielo nunca podremos ser totalmente felices... y nos mantiene los ojos en el lugar correcto.

Mañana tienes un novio, y entonces quieres casarte.  Cuando te casas quieres hijos... tienes una hembra, pero quieres un varón.. luego no te embarazas... luego quieres más pero Dios te da solo uno... luego queremos verlos crecer.. luego queremos que se conviertan... en fin... la vida es siempre mejor "si tuviéramos algo más"...
Por eso nuestra felicidad no debe estar en lograr 'ESO" que tanto deseo.. sino disfrutar lo que ya Dios me ha dado en Su providencia... Y recordar que vivir es Cristo (servirlo y disfrutarlo), y morir es ganancia (contemplarlo por la eternidad).

Sobre los sentimientos al respecto

Tiene mucho que ver con la importancia suprema que le das a los sentimientos... recuerda que ellos no están basados en 'hechos'... y no son confiables. De manera que si Dios te ama porque Su Palabra te lo dice debes creerlo porque Su Palabra es verdad; independientemente de tus sentimientos. En cuanto al amor de las personas, no debe preocuparte tanto 'sentir' que lo recibes; solo preocúpate en darlo.

Sigue orando que Dios coloque a tus emociones en Su lugar. Ellas no son tu parámetro de nada... no son tu brújula, no son tu guia.

El amor genuino y matar el yo

Ese es el genuino amor: es una decisión seguida por una acción.

Creo que tu lucha primaria es 'hacer morir a Nath (mí misma)".  Realmente es la lucha de TODOS pero pienso que hay grados. Mientras más nos amemos a nosotros mismos, más celosos somos, más demandantes, más fácilmente nos herimos, más necesitamos el amor y la atención de los demás, más satisfacemos nuestros deseos, etc. etc... De manera que la 'solución' es continuar 'matando a Nath', yendo en contra de tus deseos/sentimientos diariamente.. trayéndolos a los pies de Cristo y solo diciendo... "que muera yo y vivas Tú en mí". Es un proceso de irte moviendo de ti misma hacia los demás. Mientras más te enfoques en amar activamente a otros, menos te preocuparás por ti misma. Y mientras más aprendas a atesorar el amor de Dios, menos necesitarás amores terrenales.

Una cura "rápida" para los celos: ora por la persona que envidias/celas. Nada mejor que eso para 'matar' esos sentimientos.

Desconfía de tu corazón

Tu mail preguntaba ¿Qué debo hacer? A la luz de esto, conociendo la Palabra de Dios y la disposición del corazón humano que es una fábrica de ídolos, y de que cuando se derriba uno ahí surge otro de una vez que trata de satisfacer los deseos y anhelos que allí se encuentran.. [sobre todo cuando no se ha llegado del todo a la raíz de la razón por la que los ídolos están allí y lo que están tratando de satisfacer]. Y siempre buscamos satisfacerlos de una forma ilegítima. Es lo que nos sucede a todos en un grado u otro o en un momento u otro si no estamos apercibidos y desconfiados de nuestro propio corazón.. Creo que esa es mi primera recomendación: Siempre desconfía de tu propio corazón y de tus propios sentimientos. Si este no está anclado y respondiendo a una verdad de la Palabra es muy posible que esté desviándose de ella y de la voluntad de Dios. Así que solo confía en tu corazón cuando esté deliberada e intencionalmente de acuerdo con lo que Dios establece en Su Palabra. De modo que si hay alguna idea/sentimiento/deseo/anhelo que no está de acuerdo con eso... desestímalo porque es errado.

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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