Nuestro Dios es bueno, y debido a que la bondad es Su naturaleza misma; todo lo que Él hace es bueno. En Su amor Él nos da siempre lo que es mejor y sabemos que si Él nos dio lo más grande que es Su Hijo, ¿cómo no nos dará también con Él, todas las cosas? Son muchas las referencias en las Escrituras a que nuestro Dios es bueno, y el Salmo 107:1 dice “Dad gracias al Señor porque Él es bueno”.
La bondad de Dios debe llevarme a la gratitud
Dios nos concede ver Su bondad encarnada en la persona de Su Hijo Jesucristo quien anduvo sobre la tierra haciendo el bien y sanando toda dolencia, enfermedad, a los afligidos, atormentados, endemoniados, lunáticos y paralíticos... Ahora, ¿cómo puedo dar gracias a Dios porque Él es bueno cuando no veo esa bondad en lo que está sucediendo en mi vida?
Hay muchas respuestas posibles a esa pregunta y no vamos a intentar tocarlas todas, pero quiero resaltar una de manera especial: Nuestro Dios es bueno y lo vemos claramente cuando contemplamos Sus maravillosos hechos. Confío en que Él es bueno, el Buen Pastor, mi Pastor, porque tengo evidencias en Su Palabra de cómo Él muestra Su bondad y compasión en medio de las dificultades de la vida.
- Él es el Dios que le dijo a la viuda de Nain, en el funeral de su hijo: no llores. Tuvo compasión de ella y le devolvió a su hijo la vida aun sin ella pedirlo.
- Él es el Dios que le dijo a Jairo, no temas, cree solamente, ante la noticia de que su hija había muerto.
- Él es el Dios que profundamente conmovido le dijo a Marta ante la muerte de cuatro días de Lázaro,” ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?”
- Él es el Dios que vio a la mujer enferma y encorvada, con espíritu de enfermedad y que no se podía enderezar por 18 años y la llamó y la hizo libre de su enfermedad.
- Él es el Dios que aun en la hora de Su muerte, ante el dolor y la tristeza, viendo el desamparo de Su madre, se la encomendó a Juan para que se ocupara de ella.
- Él es el Dios que viendo a las multitudes tuvo compasión de ellas y los alimentó tanto con alimento físico como espiritual.
- Él es el Dios que sanó a la suegra de Pedro de algo tan común como una fiebre.
- Él es el Dios que le concedió la liberación de su hija endemoniada a la mujer sirofenicia.
- Él es el Dios que sanó al ciego de nacimiento, liberó al endemoniado... y podríamos seguir y seguir hablando de la bondad de nuestro Salvador.
¿No crees que ese Dios puede mostrar Su bondad en medio de tu situación?
Ahora, si no puedes ver Su bondad y si todas estas evidencias no te llevan a dar gracias por tan misericordioso y compasivo Salvador, quisiera pedirte por un momento que pienses en los años que Dios en Su bondad te ha regalado y que comiences a hacer tu propia lista de cómo la bondad de Dios te ha traído hasta aquí; te dio la vida, te ha librado en enfermedades, ha provisto para tus necesidades, ha hecho innumerables cosas por ti que ni siquiera sabes y sobre todo nos ha dado lo más importante; ha puesto a nuestra disposición el regalo mayor de ser Sus hijas y de heredar la vida eterna a través del sacrificio de Su Hijo Jesucristo.
Comienza con lo más sencillo y llega a lo más complejo, pero toma lápiz y papel, y pídele a Dios que abra tus ojos a Sus misericordias y bondades sobre ti aun sin merecerlas.
¡¡Dios te bendiga!!
¿Qué sería lo primero que pondrías en la lista? ¡Comparte en la sección de comentarios!
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