Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas...
con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación.
Habacuc 3:17-18
En tan sólo nueve meses sufrí la dolorosa experiencia de tres pérdidas de embarazos de 6 semanas, nunca antes había vivido algo igual, es como de esas cosas que crees que nunca te pasarán, para las cuales no estás preparada.
Pero ahí estaba, por tercera vez, con las manos abiertas viendo como el agua corría entre mis manos, simplemente no podía hacer nada para detener lo que sucedía, con un vacío inexplicable y con ideas rotas de lo que pudo haber sido y no fue.
No sólo perdí esos tres bebés, también perdí la ilusión y los sueños que con ellos construí, pero cuando pongo todo esto en perspectiva puedo ver claramente que lo que gané…
- Gané una mayor comprensión de la soberanía de Dios.
Yo soy el Señor, y no hay otro;
el que forma la luz y crea las tinieblas,
el que causa bienestar y crea calamidades, yo soy el Señor, el que hace todo esto. Isaías 45:6b-7
- Gané la dulce experiencia del consuelo del Espiritu Santo, recordándome la Palabra e iluminando mis momentos oscuros.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. Juan 14:26
- Gané el privilegio de permanecer serena ante las malas noticias.
Y que vuestro adorno no sea externo… sino que sea el yo interno , con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. 1 Pedro 3:3-4
- Gané la oportunidad de anclar mi esperanza en las promesas de Su Palabra.
Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí; por eso también por medio de El, Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros. 2 Corintios 1:20
- Gané el sentido de asombro al reconocer que Dios no es ajeno a los detalles de mi vida.
Oh Señor , tú me has escudriñado y conocido.
Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
desde lejos comprendes mis pensamientos.
Tú escudriñas mi senda y mi descanso,
y conoces bien todos mis caminos.
Aun antes de que haya palabra en mi boca,
he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda.
Por detrás y por delante me has cercado,
y tu mano pusiste sobre mí.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
es muy elevado, no lo puedo alcanzar. Salmos 139:1-6
- Gané el cálido amor de los brazos del cuerpo de Cristo en hermanos y hermanas que corrieron a consolarme.
Así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e
individualmente miembros los unos de los otros. Romanos 12:5
- Gané el chance para enseñarle a mis hijos que Dios es dueño absoluto de nuestras vidas y que encamina nuestras circunstancias para nuestro bien.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien,
esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Romanos 8:28
- Gané nuevas fuerzas para continuar con mi labor como madre.
Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Isaías 40:31ª
- Gané el amor de mi esposo pastoreando mi alma en la Palabra.
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia
y se dio a sí mismo por ella, para santificarla. Efesios 5:25-26ª
- Gané el comenzar a descubrir la aflicción con un medio de santificación.
En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo. 1 Pedro 1:6-7
- Gané el gozo de atesorar a Cristo por encima de todo.
Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo. Filipenses 3:8
Listar lo que gané hace que mi corazón reboce de agradecimiento, lo que perdí no se compara con el glorioso tesoro que tenemos al estar unidos a Cristo. Quizás tú también hayas perdido a alguien o algo que amabas, te animo a aferrarte a Jesús, a aferrarte a sus promesas porque nunca te serán quitadas.
Porque de El, por El y para El son todas las cosas.
A El sea la gloria para siempre. Amén.
Romanos 11:36
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