El capítulo 2 del Evangelio de Lucas va desde el maravilloso nacimiento del Señor Jesucristo hasta su "entrevista" con los maestros de la Ley en el templo. Entre estos dos acontecimientos transcurren aproximadamente 12 años. Es un largo capítulo de 52 versículos, ir uno a uno tomaría días, así que basaré mi reflexión en el único versículo que se repite dos veces
19 Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón.
La primera vez que aparece es en el pesebre, donde los pastores aparecen soberanamente a adorar al niño Dios. Esto era algo asombroso y María lo guardó como un tesoro, en su corazón y pensaba en estas cosas.
Luego, por segunda vez,
51 Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón.
Doce años después vemos a María haciendo lo mismo que en el pesebre, podemos pensar quizás que este era un hábito en su vida, que ella, meditaba en las bondades de Dios, las guardaba como cosas de mucho valor. Su corazón tenía un cofre lleno de tesoros, de esas bondades que Dios había tenido para con la humanidad y para con ella, ver al Hijo de Dios nacer y crecer...Hay algunas preguntas que me surgen sobre el texto, ¿quién le había enseñado al bebé Jesús las Escrituras? ¿Quién había amado al Amor mismo al tenerlo en sus brazos?
María es la respuesta obvia... ¿Y qué hacía ella? ¿Se asumía como merecedora de tal distinción…? ¡No! Cada uno de estos momentos eran tesoros para ella, eran como piedras preciosas... Como joyas dignas de ser guardadas. Ella veía cada misericordia de Dios como un gran regalo, importante y valioso.
María ciertamente tuvo el gran privilegio de ver al Hijo de Dios crecer, pero como mujer temerosa de Dios y conocedora de Su Palabra, sabemos que estaba consciente quizás más que ningún otro ser humano en ese momento, de que estaba viendo crecer a su Salvador y comprendía el maravilloso tesoro que era la salvación. Quizás (y es una mera especulación) al guardar estas cosas el corazón de María sentía gozo no solo por ella, sino por ti y por mí, mi pregunta es, ¿teniendo la historia completa, sabiendo que Jesús no solo nació sino que murió por nuestro pecados, sientes tú ese gozo hoy?
¿Atesoramos nosotras esos momentos en los que vemos las misericordias de Dios? Muchas veces pensamos que merecemos estas cosas y no las valoramos, no las atesoramos, se van al olvido. En su lugar guardamos otras cosas en nuestro corazón; las mentiras del enemigo, las preocupaciones de nuestra alma, nuestros anhelos insatisfechos. ¿De qué está lleno tu corazón? Es hora de hacer como María y llenarlo con las bondades de del Señor.
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