Arraigada en Cristo
Formada de una costilla
Por las manos del Creador,
La primera mujer llamada Eva
Portó la imagen de Dios.
En nuestro cuerpo llevamos
La huella que testifica
Que fuimos hechas
Con un diseño y misión específica.
Ayuda idónea, posicionada
Para dar vida y construir,
Siendo diferentes a los hombres y únicas
sin necesidad de competir.
Comió Eva, comimos todas
De aquel fruto prohibido y podrido
Abriendo con ímpetu la puerta a un exilio
Cubriendo nuestro pecado
Con un matorral de higos.
Caída nefasta y sin esperanza
En la que el dragón buscó destruir
La Divinidad y su Palabra.
Mas Dios con misericordia
E incomparable gracia
Estableció un nuevo pacto
En el que inmerecidas vestimentas
Nos serían dadas.
Y de ese árbol de muerte
Dios creó un pesebre de vida
En el que un día nacería el Mesías
Quién derrotaría al enemigo
Y a la muerte vencería.
Fue Cristo, fue Cristo
con potestad de tirar la piedra
Y acusarnos por lo que habíamos hecho
Decidio extender Su mano
Para con el tener un encuentro.
Fue Cristo y es Cristo
La imagen del Dios invisible,
El primogénito de toda creación
Quien formó los cielos y la tierra
Y los sustenta en toda su expansión.
Fue Cristo y es Cristo
La cabeza de la iglesia,
El primogénito de los muertos,
Y el todopoderoso.
Quien nos libró del dominio de las tinieblas
Y nos plantó en el reino de luz
En quien encontramos redención y perdón,
Quien nos reconcilió con Dios Padre
Por medio de la cruz.
Fue Cristo y es Cristo
El que hace de necias, sabias
De enfermas, sanas
De débiles, fuertes
De cautivas, libres
Y de moribundas, redimidas.
¡Cristo en nosotras la esperanza de gloria!
Sin Cristo no tengo nada y en Cristo lo tengo todo.
Su sacrificio fue el terreno
En donde arraigamos raíces profundas, las buenas noticias, el evangelio,
Él nos dice: permanece, muere
Y obtendrás libertad absoluta.
Un terreno que hace crecer mujeres firmes
Arraigadas en Cristo como fundamento
Con fruto de pies, manos
Alma, voluntad y cuerpo
Que se extiendan y cuiden a los portadores
De la imagen del Dios eterno.
De raíces profundas en la Biblia,
como el pan diario a devorar,
manjar inagotable de sabiduría
Ancla segura en un mundo de tempestad.
Y cuando el tentador busque
Hacerme replantar
Raíces en Sodoma y Gomorra
Y las promesas de mi Señor olvidar
Pediré auxilio oportuno
A la tercer persona de la Trinidad.
Es Cristo y solo Cristo
Quien nos mantiene alerta,
Para no ser idólatras de las pantallas
Que el mundo venera.
Mansas al presentar defensa
Contra toda corriente que se levante
Con palabras «agradables»
Mas no verdaderas.
Él nos nutre para ser fructíferas
Con el fruto y poder del Espíritu
En cada estación de nuestras vidas
Porque nunca incierto es nuestro destino.
Es Cristo y solo Cristo
Quien afirma nuestra identidad
no vistiéndonos de marcas con particularidad
más bien de Su Armadura
Que nos cubre con verdadera autoridad.
Cuando me llama a ser sierva, ¡Sí Señor!
En fidelidad, ¡sí Señor!
En el dolor, ¡sí Señor!
A perdonar, ¡sí Señor!
Humillada, ¡sí Señor!
En fe y amor, ¡sí Señor!
Cada paso, contigo Señor.
Y son los caminos y testimonios
Recorridos en obediencia los que
Mostrarán fielmente
Dónde está nuestra confianza y fuerza.
Con convicción canto
Corramos esta carrera
Sin ser cautivas constantes
De la corrupción que carga el cuerpo
Capitaliza y encierra.
Y cuando el Novio vuelva a su novia a buscar
Que nos encuentre arraigadas en Cristo¡Solo Cristo!
Y nada más.
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Mujer Verdadera?
Donar $3
Únete a la conversación