Antes de darle un celular a tu preadolescente

Por Shanon Popkin

Cuando mi hija tenía doce años, me dijo que yo le estaba cortando su oxígeno social al no darle un celular. Todo el mundo tiene uno, me dijo.

Era la primera vez que ella quería algo que nosotros habíamos decidido no darle.

Recuerdo que en secreto tuve dudas sobre nuestra decisión, especialmente cuando observaba que otros padres piadosos estaban dándole celulares a sus hijos. Yo no podía buscar consejos de madres de niños mayores, partiendo del hecho de que diez años antes los preadolescentes no tenían aparatos móviles. Ahora, aparentemente, cada niño tenía un celular, excepto mi hija.

Los teléfonos se han convertido en el derecho del momento. Y si tu hijo está entrando en la secundaria, tú también tendrás que decidir, cuándo y cómo responderás a la pregunta de “quiero un celular”. Más importante, tendrás que decidir por qué hacerlo.

El mes pasado, mi hija, quien ahora tiene diecisiete años, se reunió con algunas amigas para celebrar el “¡Ya somos bachilleres!”. En una ocurrencia, le pregunté a las chicas si las podía entrevistar acerca del tema de asignarle celulares a las jovencitas preadolescentes. Entonces estas seis jóvenes bachilleres (Las llamaré “Las Señoritas”) reunidas alrededor de mi mesa de cocina, me hablaron del fenómeno de la joven preadolescente con un celular en su mano.

La experiencia fue muy esclarecedora. En primer lugar, porque estas chicas tienen un punto de vista que yo no tengo. Durante cinco años han estado sumergidas en la cultura de adolescente con celular. Pero también ellas ven cosas diferentes a como las veían en el bachillerato. Ahora teniendo mayor madurez y sabiduría, ellas tenían un montón de consejos que compartir conmigo, y quizás contigo también.

Las Señoritas

http://www.truewoman.com/assets/images/senoritas.jpg Las seis señoritas asisten a una escuela secundaria pública en los suburbios de una comunidad conservadora. La mayoría, sino todas, son cristianas provenientes de hogares que les han brindado cuidado y apoyo. Son chicas responsables, del tipo que tú quisieras que cuidaran de tus niños. Ellas obtienen buenas calificaciones y escogen a sus amistades sabiamente. Si una de estas señoritas fuese tu hija, estarías orgullosa de ella.

La mayoría de las jóvenes tienen un celular a los doce años, es decir, sexto grado. Otras obtienen el celular como una premiación o en su cumpleaños. Actualmente, todas tienen teléfonos inteligentes. A medida que charlábamos, las señoritas mostraban firmemente sus motivos de preocupación sobre este tema.

Madres, aquí les presento tres cosas que necesitan saber acerca de niños preadolescentes con celulares, de acuerdo a la opinión de adolescentes de diecisiete años:

1. Los teléfonos representan nuevas tentaciones y peligros.

Todo ha cambiado desde que Las Señoritas escribían mensajes de texto en sus celulares en sexto grado. Ahora, con el acceso a internet y las aplicaciones como Kik (conocido por causar que niños inocentes se involucraran en transmisión de imágenes de tipo sexual), existen nuevos peligros con cada golpe, vista, zumbido o click que realicemos.

Todo el mundo puede haber borrado lo que se acaba de compartir, pero nada consigue borrar un dolor del corazón de un niño.

Las Señoritas especialmente aconsejan precaución con las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter y Snapchat). Poco a poco, los niños despreocupados que ingresan a la escuela de secundaria parece que repentinamente son transformados en torpes, conscientes de sí mismos, que se obsesionan con adaptarse.

Una niña de doce años podría haber estado completamente ajena a cómo se le catalogaba socialmente hace seis meses atrás. Pero ahora, así es como ella mide su autoestima. Y, ¿qué utiliza como vara de medir? Las redes sociales. Estas proveen información real y palpable de cómo la joven encaja en su entorno. Si ella es incluida en un grupo de mensajes o chat grupal, es una evidencia concreta de que ella es parte de ese grupo. Si ella recibe respuestas positivas sobre una fotografía que publique en las redes sociales, es una prueba tangible de que ella es admirada y valorada.

Debido a esto, Las Señoritas tenían un consejo sorprendente. Ellas acordaron a unanimidad que los niños no deben tener acceso a las redes sociales antes de la secundaria. (Sus palabras, ¡no mías!) Cuando las presioné sobre esto, ellas retrocedieron un poco, probablemente percatándose de cuán drástico sonaba su punto de vista. Ellas sugirieron que quizás algunos estudiantes de intermedia podían tener una página de Facebook o cuenta de Instagram monitoreada cuidadosamente por sus padres.

"Pero, ¿cuáles niños?" Pregunté. "¿Cómo podría yo, como madre, saber si mi preadolescente o adolescente está preparado para esto?. Una Señorita respondió: “Algunos niños irán tan lejos como puedan para poder ser considerados populares, y sobre ese tipo de niños es que hay que preocuparse teniendo mayor cuidado”.

¿De qué hay que preocuparse? Burla o intimidación, es una. “La pantalla remueve emoción”, explicó una Señorita. Las chicas publican o “twittean” cosas que ellas nunca se atreverían a decirle a alguien cara a cara. Las redes sociales proveen una serie de vías para chismear, también. “Solo tienes que identificar algo que una persona haya twitteado”, dijo otra Señorita. “Es fácil no sentirte culpable, porque solamente estás pasando una información”.

Pero cuando la información que se está transmitiendo es acerca de ti, puede ser increíblemente dolorosa. Todo el mundo podría estar eliminando lo que se acaba de compartir, pero nada consigue borrar el dolor que esa información ha ocasionado en el corazón de un niño.

Mi conclusión: Todo esto se suma a una gran presión y tentación en la vida de algunos niños muy pequeños. Las madres, protejamos nuestros hijos. No coloquemos a nuestros niños en situaciones que ellos no están listos para afrontar, aunque ellos te digan que sí lo están.

“Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios es sana” (Prov.12:18)

2. Los teléfonos impacta grandemente la relación niño-niña en la secundaria.

Hoy en día, las citas entre adolescentes en la secundaria se canaliza a través de los teléfonos. Los chicos, que lidian más con la comunicación, encuentran más fácil enviar un mensaje o coquetear a través de una pantalla. Y las chicas, que anhelan seguridad, utilizan sus teléfonos para manejar constantemente la relación. No es suficiente con ser “oficial de Facebook”, las adolescentes de secundaria de hoy en día esperan un flujo constante de información a través de las redes sociales, para asegurarse que su relación sigue en pie.

Para las chicas de secundaria que buscan encontrar en los chicos su sentido de seguridad, y no en Jesús, el teléfono en sus manos ofrece una gran tentación.

"Él no me respondió el mensaje de inmediato”, ella dirá: “Creo que eso significa algo…” o ella se obsesionará con el hecho de que él terminó la conversación con un signo de exclamación solamente. O tal vez la chica agonice pensando en qué quiso el chico significar al no añadir una carita feliz.

¿Estamos diciendo que el sentido de seguridad de una chica puede depender de un signo de puntuación? Puedes apostarlo.

Las señoritas, quienes no han tenido muchas citas, piensan que las adolescentes se involucran muy rápido en relaciones sentimentales. Una señorita expresó sarcásticamente: “algunos jóvenes comentan que ellos se aman bajo una foto de Instagram...y yo solo pienso: solo han estado saliendo…¿Por cuánto?... ¿Dos semanas? ¿Y ahora se aman mutuamente?”

Probablemente no. Más probable, ellas aman la idea de ser amadas, queridas y escogidas. Pero ese deseo solo puede ser satisfecho en Jesús.

Para la chica de secundaria que mira a los chicos, no a Jesús, para obtener su sentido de seguridad, un teléfono en sus manos ofrece una cantidad increíble de tentaciones. Intuitivamente, ella sabe que enviando fotos de su cuerpo y mensajes provocadores generará una respuesta de los chicos. Pero sabemos bien que esa respuesta que reciba no es amor.

Mi conclusión: Madre de una chica loca por un chico, mantente atenta a las tentaciones que tu niña afrontará por tener un teléfono en sus manos. ¿Por qué no protegerla dejándola esperar un poco más? Ayúdala a encontrar su seguridad en Jesús, no en un chico.

“Solo Él es mi roca y mi salvación, mi refugio; nunca seré sacudido (Salmo 62:6).

“Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos” (Efesios 5:3).

3. Un teléfono puede reemplazar a Dios y a las verdaderas amistades.

Las Señoritas opinaron a unanimidad que es increíblemente fácil que una chica de secundaria empiece a poner su esperanza en lo que el teléfono le diga en lugar de depender de lo que Dios le diga. ¡Tener un teléfono puede ser realmente una distracción! Constantemente lleva tu atención a la pantalla en lugar de enfocarte en Dios y Su Palabra.

Las verdaderas amistades ocurren con personas reales en tiempo real, no a través de una pantalla.

Irónicamente, un teléfono puede alejarte de tus amistades. Una Señorita dice que le enloquece que una amiga está constantemente utilizando su teléfono cuando comparten juntas. Ella piensa: “estamos hablando ahora mismo… ¿Por qué necesitas hablar con alguien más?”

Las jovencitas de secundaria pueden ser particularmente adictas a Twitter e Instagram. ¿Por qué sucede esto? Las Señoritas crean su identidad. Las redes sociales te permiten recrear tu identidad. “Lo que publicas es lo que eres”, dijo una Señorita. Otra comentó: “Debes decidir lo que proyectarás dentro de las redes sociales. Tú quieres publicar cosas que te hagan ver de la forma que quieres que otros te vean”.

Pero, ¿realmente eres tú esa imagen proyectada? Las amistades que se obtienen por medio de esfuerzos egoístas de una joven para garantizarse aceptación y sentido de pertenencia, no son genuinas. Este tipo de amistades son superficiales y débiles. Las Señoritas tienen esto claro: las verdaderas amistades ocurren con personas reales en tiempo real, no en una pantalla.

Mi conclusión: Madre, ayuda a tu hija a desarrollar amistades genuinas, con Dios y con las personas. Si decides permitirle utilizar las redes sociales, ayúdala a entender que será con el propósito de extender su mano y motivar a sus amistades y conocidos, no como una manera de aumentar su autoestima

“Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros…” (Santiago 4:8)

“Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros” (Rom. 12:10)

¿Entonces padres, qué opinan? ¿Está tu adolescente lista para un celular? ¿Por qué? o ¿Por qué no?

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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