Agradecida en cada etapa de la vida

El 8 de abril de este año, mi esposo y yo, después de casi 8 meses de casados, recibimos la noticia de que seríamos padres de nuestro primer bebé. Sabíamos que esto era algo que obviamente podía pasar, pero no estábamos esperando que pasara en nuestro primer año de casados, así que fue una maravillosa sorpresa que produjo en nosotros todo tipo de emociones.

Como lo sabrán algunas mamás que me leen por aquí, el primer trimestre fue particularmente complicado para mí por las famosas náuseas matutinas. No podía comer casi nada y a causa de esto, mi cuerpo estaba tan débil que, en una ocasión cuando fuimos al supermercado, tuvimos que pedir un carrito eléctrico porque no tenía fuerzas para caminar (ahora mi esposo y yo nos reímos de ello 😅).

Sentía mis malestares en el primer trimestre tan fuertes que mi mente se desenfocó. En mi carne comencé a tomar ventaja de mi malestar para darle rienda suelta a mi pecado que se vio reflejado en mis emociones y mis pensamientos. Me irritaba cualquier cosa y llegué a estar molesta porque en las redes sociales, al subir noticias de estar esperando un bebé, las personas solían poner cosas lindas, pero nadie hablaba de lo difícil que era el primer trimestre. 

En ese tiempo, hablé con una hermana muy amada en cuanto a cómo me sentía. Al escucharme, ella con mucho amor y sabiduría me dijo: «Débora, debes dejar de hacerte la víctima y cumplir con tus responsabilidades. No tienes una enfermedad terminal, solo estás embarazada». Después, platicando con mi mamá, ella me decía; «Debi, no te han mandado a hacer reposo absoluto porque estás en condición crítica, levántate y sigue adelante, disfruta este proceso, tu salud está muy bien». Ellas tenían razón. Mi embarazo ha sido muy saludable en todos los sentidos y hasta me atrevería a decir que fácil, pero con mi actitud estaba respondiendo con mucha ingratitud ante la gracia de Dios para conmigo.

En el libro de Elizabeth Elliot, «Sufrir no es en vano», ella dijo: «Dos cosas que por cierto deberían distinguirnos a ti y a mí, y a todos los que se llaman cristianos, son la aceptación y la gratitud. Es sumamente difícil hacer una distinción clara entre ambos. Si podemos aceptar un regalo, entonces podemos dar las gracias». – Elizabeth Elliot

Aceptar con acción de gracias la maravillosa bendición de estar gestando una vida dentro de mí no era algo que me distinguía en mi embarazo. Mi esposo incluso al final de un día me comentó; «¿No deseas estar embarazada o por qué te quejas tanto?». Sus palabras no tenían la intención de lastimarme, y no fue así, antes bien, me sentí nuevamente confrontada, pues la gratitud no era algo que me caracterizaba.

¿En qué situación te encuentras actualmente? ¿Estás pasando por una buena o mala experiencia? ¿Cómo estás respondiendo ante esa situación? ¿Es la gratitud una característica notoria en ti? Elizabeth también dijo: «No son las experiencias de nuestras vidas las que nos cambian, sino nuestra respuesta a cada experiencia». Sea cual sea la situación por la que estás pasando: buena, mala, triste, emocionante; la situación en sí no hará un impacto en tu vida, sino el cómo respondes a ella. Y, ¿sabes? La Palabra de Dios nos llama a responder siempre en agradecimiento.

«Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús». 

–1 Tesalonicenses 5:18

Den gracias en todo

Hay que admitirlo, es muy sencillo dar gracias a Dios cuando estamos en tiempos de paz, cuando todo a nuestro alrededor luce estable y no hay cosas por las cuales preocuparnos. Pero, ¿qué de los momentos difíciles? ¿Qué de las ocasiones en las que Dios responde nuestra oración haciendo lo opuesto a lo que le pedimos? ¿Estamos agradecidas ante esto?

Oh hermana, tengo que admitir que yo no, y me encanta poder compartir esto contigo porque es justamente lo que el Señor ha tratado en mi corazón en los últimos días. Actualmente estoy en mi último mes de embarazo, y mis emociones han sido muy cambiantes trayendo ansiedad y preocupación a mi corazón.

Pero, ¿sabes? Dios conoce exactamente lo que tú y yo necesitamos. Y aunque en momentos lo que Él provee no es precisamente lo que elegiríamos, podemos descansar y estar seguras de que Dios está obrando y Su voluntad es nuestra santificación. Por lo tanto, podemos dar gracias en todo, no solo en aquello que nos agrada o complace, antes bien, en aquello que sabemos que complace al Padre, pues Él sabe en qué áreas necesitamos ser más como Cristo.

Esta es la voluntad de Dios

Otra cosa que debemos tener en cuenta es que el ser agradecidas es voluntad de Dios. Dios desea que seamos agradecidas y no solo por lo bueno, sino como dijimos anteriormente, por todo

Agradecer en medio de circunstancias que no preferimos tiene un efecto transformador en nosotras. Personalmente me ha llevado a quitar los ojos de mí, para ponerlos nuevamente en Cristo, y creo que esto mismo es lo que el Señor desea, que dejemos de vernos a nosotras y nuestras circunstancias y comencemos a verlo a Él. Por eso el agradecimiento es voluntad de Dios. Nuestra mente y corazón están alineados así con nuestro Padre.

¿Es tu deseo hacer la voluntad de Dios? Seamos entonces intencionales en dar gracias a Dios en la etapa de vida en la que nos encontramos, sabiendo que todo ha sido provisto por nuestro buen Padre para nuestro bien y para Su gloria.

«Comienza a agradecer a Dios de antemano porque, independientemente de lo que suceda, ya sabes que Dios está a cargo». – Elizabeth Elliot

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Sobre el autor

Débora Cázares de Rivera

Débora es originaria de Coahuila, México, pero actualmente reside en Nuevo Mexico, junto a su esposo Jordan Rivera y sus dos hijos.

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