Querámoslo o no, todas estamos jugando el partido de nuestras vidas. Tenemos un contendor que no se cansa y que conoce muy bien, nuestros miedos y nuestras debilidades, y sin que alcancemos a espabilar, ya está realizando una nueva jugada o poniendo una trampa en contra nuestra.
Pues yo tuve mi hija mayor, muy joven y las dos tuvimos la oportunidad de jugar en el mismo equipo de polo acuático.
Pasamos tiempos muy divertidos. Yo vivía pendiente de defender y también de lanzarle el balón para que ella avanzara, y algunos se alegraban y nos decían: “la mamá y la hija haciendo goles”.
En polo acuático, como en casi todos los deportes, cada jugador trata de engañar al oponente, para que éste crea que va realizar una maniobra y cuando se prepara para defender, le hace otra jugada que no espera.
En este juego, por encima del agua se ve una cosa, pero, por debajo, es bastante rudo, especialmente, en la zona de gol, llamada también en fútbol, “La Zona de Candela”, y cuando alguien intenta anotar, recibe jalones y codazos, que nadie está viendo por encima.
En el juego de la vida, sucede algo muy parecido, pero, ¡cuando elegimos a Dios como nuestro director técnico! Él puede auxiliarnos y nos dice: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” ¡Y vaya, sí la necesitamos!
También, nos tiene un preparador personal, nuestro “Ayudador”, el Espíritu Santo, que está dispuesto en todo tiempo.
Además, nos dio las armas para nuestra lucha y nos enseñó la estrategia para avanzar y hacer anotaciones
Veamos las 5 trampas en las que caemos las mujeres:
1) Nos dejamos engañar cuando escuchamos y creemos consejos o formas de pensar contrarias al consejo de Dios y que nos llevan a decidir “por nosotras mismas, cómo queremos vivir” ¡Ese el primer paso para la caída!
2) El enemigo es astuto y sutil, miente y engaña usando “algo de verdad” en sus argumentos. ¡Mucho cuidado! porque exagera, desmiente y hasta tergiversa el consejo de Dios. Recurre a distorsiones sutiles que contaminan nuestros pensamientos, nos lleva a creer, que Dios nos priva del placer y de lo que es bueno y a dudar de Su bondad. ¡Ojo, porque ya sabemos que es una trampa!
3) El adversario juega sucio, sabe cuándo somos más susceptibles y nos ataca especialmente, cuando estamos agotadas física o emocionalmente, y ¡ojo! También antes o después de recibir una gran bendición así que, ¡no nos dejemos robar las bendiciones!
4) Sabe que las mujeres somos más vulnerables, nos convence de actuar, independientes de Dios; y a las casadas, de su esposo; y nos convence de enfocarnos en “nuestros derechos”. ¡En ese engaño sí que hemos caído muchas!
5) Y escuche ésta: Nos insiste con pensamientos obsesivos.
Alguien decía que “La imaginación es la loca de la casa”, así que ¿cuáles son los pensamientos que gobiernan en nuestra mente?
Pensemos en cada gol que nos ha anotado el enemigo y recordemos, cuáles fueron los pensamientos que llegaron a nuestra mente en esos momentos… porque hay una cosa cierta, cada vez que hemos caído, hubo pensamientos muy fuertes y hasta obsesivos que antecedieron al hecho. O tal vez, algo que nos dijeron y lo creímos, olvidando el consejo de Dios.
Si recordamos… Vamos a encontrar que encajan con alguna de las 5 trampas que pone el enemigo, así que sencillamente caímos en la trampa, o estamos en ella, o estamos a punto de caer…
Pero, no hay que temer porque Dios nos da la salida, Él ya nos dio la estrategia, no solo para escapar o defendernos sino esquivarlas y avanzar.
Veamos nuestras 5 estrategias:
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Agradeciendo a Dios por todo, por lo bueno y porque a las que amamos a Dios, todas las cosas le ayudan a bien, incluso lo malo que nos pasa.
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Orando permanentemente, ¡con Cristo podemos ser bien intensas, pues somos Su novia!
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Creyéndole a Dios y a Su Palabra y una buena manera es: leerla, escucharla, aprenderla y confesarla.
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Llevando todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
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Alabando y cantando a nuestro Dios. Al hacerlo, estamos juntando todas las armas en un solo paquete.
Así que, si asemejamos nuestras vidas a un partido de polo acuático o de fútbol, y si los goles, consisten en cada decisión que tomamos en nuestras vidas, entonces estamos, como lo llaman en futbol, en la zona de candela, que es el punto del juego donde más ataque recibimos del adversario para que fallemos, para que tomemos la decisión equivocada.
No es casual que el significado de pecado sea “errar el tiro”. Para los griegos significa, “fallo de la meta, no dar en el blanco” ¿cómo le parece?
Cada día estamos decidiendo si aceptamos o no, un ofrecimiento, que de antemano sabemos que no va a terminar bien. O tal vez, si vamos a salir con alguien que no nos conviene, ¡pero que se ve tan atractivo! En otras, si recibimos, algo que puede dañarnos, o si le damos clic al computador, para ir a una página, que sabemos que no nos conviene.
Algunas mujeres tendrán que elegir la carrera que estudiarán, o la persona con quién se van a casar y lo que es más importante, si le abren las puertas del corazón a Jesús para que sea su Señor y Salvador y de esa decisión, depende el rumbo de sus vidas.
Hace años, mi hija y yo jugábamos para un equipo deportivo, pero hoy jugamos en el equipo de la vida, con Dios como nuestro Entrenador y las dos entrenamos las 5 estrategias que Él nos enseña. Aunque todavía pertenecemos al nivel de principiantes, yo sigo guardando la defensa en oración y ella anota un gol cada vez que se opone a la cultura de este tiempo. También, cuando se decide a cuidar a sus hijos, en lugar de dedicarle su tiempo más valioso a una empresa y especialmente, cuando levanta su voz para adorar a Dios: ésas son ahora sus anotaciones.
Por ahí yo tendré una que otra, cuando, simplemente, esquivo una trampa, o salgo de la red donde he caído. Y vaya a saber uno, si de pronto en el cielo estarán diciendo: ¡bravo la mamá y la hija haciendo goles!
Así que, hoy te invito para unirte a nuestro equipo, con Dios como nuestro Director Técnico, Quien nos guía, por medio de Su Palabra y nuestro entrenador es el Espíritu Santo.
Si escuchamos Sus consejos, vamos a meter un gol, cada vez que tomemos una buena decisión, cada vez que haciendo uso del libre albedrío, hacemos Su voluntad, así nos cueste, porque a veces tomar ciertas determinaciones duele, y mucho…, y se necesita la valentía de los mejores jugadores… y aunque pensemos que nadie lo nota, quienes nos rodean nos están observando.
Podemos estar seguras, que esas decisiones, que tomamos día a día, traerán un efecto sobre las nuevas generaciones. Pues como dicen algunos, cuando hacemos la voluntad de Dios, afectamos una generación.
En Efesios 6, Dios nos muestra la armadura que debemos ponernos para la batalla, ése es nuestro uniforme y una característica es que no protege la espalda, lo que me lleva a pensar que al enemigo no podemos darle la espalda pues como dicen en fútbol “La mejor defensa es el ataque”.
Blog inspirado en el Libro Mujer Verdadera 101 de Mary A. Kassian y Nancy Leigh demoss, capítulo: "Una serpiente en mi huerto"
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